No sabes ni por qué ha llegado ahí, y a partir de esa pregunta, surgen falsos mitos sobre la mejor manera de eliminarlas, combatirlas o si se debe o no hacer deporte cuando las tenemos.
El entrenador personal y coaching nutricional de Booyah Training, Alejandro Báez, habla de ello. «sí se puede hacer ejercicio con agujetas, pero con menos intensidad». Esto se debe a que «si al cuerpo no se le da reposo para que se recupere, el músculo no reacciona igual». A esto se debe la importancia de evitar el fallo de fuerza, «consecuentemente incrementar la inestabilidad muscular y, finalmente, aumentar del riesgo de lesión».
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Seguro que has escuchado que las agujetas aparecen porque se rompen las fibras musculares al hacer ejercicio y se segrega el ácido láctico, formando microcristales. Báez asegura que «lo que realmente sucede es que, al hacer ejercicio, se dan pequeñas roturas en las fibras de los músculos, el cerebro manda la señal de que hay que repararlas y ahí es cuando la zona se inflama y está sensible».
Durante este incómodo proceso es probable que el cuerpo te pida descansar. Para los que tengan esa sensación, «estar en reposo y, una vez reparada la fibra, volver a reactivarse desde cero para que el ciclo de recuperación esté completo», como afirma el experto.
Sin embargo, para aquellos que necesitan estar activos todos los días, se aconseja «hacer ejercicios de movilidad articular, tales como bicicleta, andar en cinta, yoga, pilates o salir a dar un paseo«.
Además, otro de los consejos es que si en el día anterior se ha ejercitado las piernas y hay agujetas en esa zona, «lo mejor es que se activen otras partes como espalda, pectoral, hombro, bíceps y tríceps».
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