Conservar bien el queso ayuda a que mantenga intactas su sabor y aroma propios y guardarlo mal hace que se estropee. Por eso es importante saber qué hacemos mal al conservar el queso en casa.
Y es que no siempre sabemos comprar la cantidad exacta que vamos a consumir en un par de días o quizás tengamos invitados y nos hayamos pasado a la hora de comprar para elaborar una tabla de quesos. De ahí la importancia de conservarlos de tal forma que duren tiempo sin ponerse malos.
Lo primero que debemos hacer a la hora de conservar bien este producto es olvidarnos de los plásticos, precisamente porque es un alimento que necesita respirar y con el plástico lo estaremos ahogando. La mejor opción es envolverlo en papel de horno y meterlo en la nevera, eso si con algún agujerito para que pueda respirar. Rodea el trozo de queso con el papel, pero intenta no pegarlo mucho ni dejarlo demasiado suelto para que respire bien y no se seque. El papel que nos dan en la charcutería o el supermercado cuando lo compramos también servirá perfectamente.
Recuerda cuando vayas a consumirlos, sacarlos con al menos una hora de antelación para que conserve sus propiedades y sabor intactos.
Es bastante frecuente que después de varios días en la nevera, aparezcan pequeñas manchitas de moho en la superficie del queso, eso no significa que esté estropeado o tenga mal sabor. Aunque debemos eliminarlas para que no se extiendan al resto de la cuña.
Deshecha los los envases herméticos para guardar tus quesos, ya que harán que fermenten antes por la falta de oxígeno, eso si con una excepción los de sabor muy fuerte y sin excedernos de tiempo. En general, es mejor evitar los recipientes de plástico o cristal que no dejan que el queso respire con naturalidad.