Federico vive en La Línea (Cádiz) desde cuyas calles explicaba que podía vivir gracias a la solidaridad de sus vecinos, con cuyas limosnas se podía costear el alquiler de su casa. “Yo no me lo gasto en droga ni en alcohol”, explicaba a los micrófonos de Canal 8, donde también reconocía tener una relación «algo delicada» con su familia.
Y precisamente su familia no ha tardado en reaccionar a las declaraciones de Federico. Lo ha hecho a través de un comunicado publicado en redes por una de las hermanas, Andrea Prat, y retuiteado por Joaquín Prat, en el que tienen buenas palabras hacia él pero explican que es «un adicto«. Andrea además aclaraba que siempre ha sido cariñoso, educado, sensible y muy querido en su casa.
La periodista explicaba en el comunicado que hace más de dos años tanto su madre como el resto de hermanos han intentado ayudarle y acompañarle en varios tratamientos de rehabilitación en centros y en su casa. A pesar de todo, después de un duro camino para todos y, «especialmente para mi madre», puntualizaba, Fede ha decidido vivir en el sur y continuar con su adicción.
Andrea deja claro que a pesar de todo durante todo este tiempo su madre paga el alquiler de su piso y pedía respeto y privacidad para la familia: «Ya no esperamos que algún día se cure, pero sí tener privacidad para seguir gestionándolo de la manera menos dañina para todos”.
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