Cuando te vayas a sentar en tu mesa de estudio permanece durante alrededor de 10 minutos o el tiempo que necesites organizándote y planificando qué es lo que vas a estudiar a continuación. Ordena de más complejo a menos el temario de ese tiempo de estudio. Ten en cuenta que al principio estarás más activo y tu cerebro será capaz de retener más información, según indican los expertos de Academia Play. El contenido más sencillo déjalo para el final, cuando estés más cansado y tu cerebro ya no pueda más. Cuando se realice una de las actividades marcadas es conveniente tomar un descanso antes de continuar con la siguiente.
Lo mejor es que estudies siempre a la misma hora. Así tu cerebro se acostumbrará a una rutina y luchará contra la pereza que siempre nos acecha. Elegir mañana o tarde dependerá de cuando sientas que rindes más o de tu planificación familiar. Lo ideal es que eligas lo que eligas lo cumplas y no cambies los horarios.
Es fundamental que durante el tiempo que vas a invertir a estudiar nada ni nadie te moleste. El teléfono móvil nos puede tentar y hacer que desviemos la atención. Lo mejor en estos casos sería dejarlo fuera de la habitación o si estamos estudiando en una biblioteca déjalo guardado en la mochila o en el bolso en modo avión. Otras distracciones que puedes tener son la televisión o la radio. No enciendas estos aparatos. Si quieres estudiar con música que sea ambiental. En el caso de que cualquier ruido te distraiga puedes utilizar cascos que aislan del exterior.
Disponer de un espacio destinado al estudio también ayuda a tu cerebro para preparse a la tarea que va a acometer. La habitación debe estar ordenada, con todo lo necesario para el estudio como cuardenos, libros y bolígrafos o rotuladores. El desorden no le gusta a nuestro cerebro así que dedica un rato a acondicionar el rincón de estudio.
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