Es una actividad que puede reportarnos muchos y muy buenos beneficios. Además de ser una forma de autocuidado, tal y cómo explica Eva Durán, en su libro, «Plantas para ser feliz»: «unos minutos al día para parar el ritmo y bajar las revoluciones. Sí que es cierto que hay personas que tienen una intuición especial y parece que se les da mejor cuidar plantas, pero esa intuición se puede entrenar poco a poco, sin forzarse y con plantas que se adapten bien a ti y a tu ritmo de vida.»
Y es que hay incluso algunos estudios que revelan cómo las plantas pueden ayudarnos a la hora de rebajar nuestros niveles de ansiedad. Uno de ellos, fue desarrollado en Holanda en 2011 y publicado en CNN Health y explicaba cómo podíamos reducir significativamente nuestros niveles de cortisol dedicando solo media hora a cultivar el jardín o cuidar de nuestras plantas., además de asociar esta actividad con un modelo de meditación activa.
Pero hay muchas cosas que puedes hacer en lo que se refiere al cuidado de plantas para contribuir al relax en tu día a día. Simplemente observar tranquilamente su textura, forma y color mientras te tomas un café cerca de ellas puede ayudarte. O hacer actividades cómo mezclar sustratos, hacer esquejes o hacer tu propio invernadero, nos ayuda a aliviar tensiones.
Además ver que crecen bonitas y sanas nos aporta satisfacción personal y mejora nuestra autoestima y además son un aliciente para sentirnos a gusto en casa, tal y cómo explica en su libro ‘El paraíso es tu casa’, Diana Quan afirma que «es indiscutible que las plantas aportan un toque natural, muy relajante y fresco a los espacios, lo que resulta muy beneficioso para la salud y el bienestar. Pero es que, además, se cree que favorecen el flujo de energía positiva y que contrarresta la negativa».