Días después, y como reacción al reportaje, la pareja comunicaba oficialmente el fin de su relación abriendo todo tipo de incógnitas sobre el proceso de divorcio y la nueva situación económica en la que quedarían los ex duques de Palma.
Ahora, alejada de la prensa, la infanta continúa con su vida en Ginebra. Su discreción, habitual en la familia real, no ha permitido hasta ahora conocer muchos detalles acerca de su día a día.
Doña Cristina, que desempeña un puesto de máxima responsabilidad en la Fundación Aga Khan, recibiría una retribución anual en torno a los 400.000 euros, siempre según la periodista.
Eyre señala en su reportaje que «el día de mañana será una mujer rica y continuará haciéndose cargo de sus hijos con su sueldo, como hasta ahora».
«Miguel vive en Londres y asiste a una universidad muy cara, como Pablo en Barcelona. Juan no sabemos qué hace en Madrid, ha sido el que más ha sufrido por la situación paterna y ha recibido ayuda profesional», revela la periodista.
Además, apunta que «… el colegio de Irene es el más costoso de Suiza, mucho más que el de la princesa de Asturias», por lo que las necesidades económicas de la infanta no son para nada modestas.
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