Aunque actualmente tenemos mucha información al respecto y casi todos sabemos que es imprescindible aplicarnos protector solar antes de tomar los primeros rayos de sol, siempre nos surgen algunas dudas en cuanto a su uso. Hoy intentamos aclararte algunas de ellas.
Por ejemplo, ¿tenemos que aplicarnos protector si vamos a estar todo el día debajo de la sombrilla? La respuesta es clara, SÍ. Siempre hay que ponerse crema, aunque estemos debajo de la sombrilla, pues aunque no te afecte la radiación incidente, sí lo hace la reflejada.
Y es que tal y como explica a ABC Salud el doctor Agustín Buendía, director de la Fundación Piel Sana de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), no se trata solo de ponernos crema: «La crema por sí sola no es suficiente y puede dar una falsa sensación de seguridad. No es para estar más tiempo al sol sino para que el tiempo que estoy lo haga más protegido«.
El experto explica que además de ponernos crema «hay que evitar exponerse al sol en la horas centrales del día, de 12 a 17 horas; usar camiseta y sombrero con alas mayores de 7 centímetros que cubra nariz y orejas, zonas de asiento de algunos tipos de cáncer piel; gafas de sol, buscar la sombra y aplicar la crema solar fotoprotectora.«
Además de no echarnos suficiente cantidad de crema y no renovarla con frecuencia, solemos cometer otro error: dejar zonas del cuerpo sin aplicar. Las partes del cuerpo de las que nos olvidamos con más frecuencia a la hora de aplicarnos protector solar y a las que por eso debemos prestar más atención son el cuero cabelludo, los labios, los párpados, las orejas y los pies.
Otra duda frecuente que nos surge tiene que ver con qué factor de protección utilizar. Sobre esto el doctor Buendía explica que «la diferencia entre un factor 50+ y un 100 es mínima«. Además recomienda utilizar siempre por encima de 30. Menos de 30 es una protección media y, por debajo de 10, es baja.
Respecto a la manera de aplicarla, este explica: «Se debe aplicar, tal y como viene en la etiqueta, dos miligramos por centímetro cuadrado por todo el cuerpo«. Debemos volverla a aplicar cada dos horas y lo mejor es hacerlo antes de salir a la calle para que no estemos expuestos sin protección durante el paseo hasta la arena.
El médico lo tiene claro, «el error es ir con la idea de broncearnos. El bronceado es un mecanismo de defensa de la piel ante una agresión externa. No es sinónimo de salud ni de belleza. No hay que ir a la playa a broncearse. Vamos para disfrutar.»
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