Si te has puesto el despertador a mitad de la noche para ir a por tus hijos en pijama con el objetivo de evitarles algún sufrimiento probablemente estés transmitiendo un mensaje de sobreprotección. Muchos expertos en la materia reconocen que ser mamijama o papijama se traduce en exceso de sobreprotección, el cual impide que los pájaros vuelen del nido y asuman responsabilidades.
Los adolescentes suelen demandar mayor autonomía, pero cuando llega el momento de coger un medio de transporte para volver a casa aceptan que sus padres vayan a buscarlos. En este contexto, tal y como recogen en Onda Cero en el programa de Julia en la Onda, hay un matiz muy importante para entender toda esta situación.
En este punto, Eva Millet, autora del libro Hiperpaternindad asegura que el temor que sienten los padres por lo que le puedan pasar sus hijos es natural. Sin embargo, y desde su punto de vista es imprescindible evitar que el miedo acabe dominando la crianza de los hijos. En su lugar, la escritora proponerles alternativas para que no se tengan que volver solos, ya sea cogiendo el transporte público con el resto de amigos y amigas u reservando un posible taxi para que le deje en la puerta de casa.
Los padres tienen grandes problemas de sueño cuando sus hijos salen toda la noche a una discoteca o de fiesta con el resto de sus amigos pensando en que algo malo les puede suceder. Este mal es algo que los padres también tienen que combatir para dejar de convertirse en una majima o papijama. Millet invita a buscar fórmulas que ayuden a combatir esa ansiedad y ese insomnio, recalcando la idea de que “el miedo paraliza”.
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