A día de hoy esta enfermedad es crónica, no tiene cura y puede ser hereditaria, transmitiéndose de generación en generación. Afortunadamente no se deja de investigar al respecto para dar algo que explique cuál es su origen y así tener más herramientas a la hora de enfrentarla.
Un reciente estudio llevado a cabo por investigadores de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard ha aportado evidencia sólida respecto a una relación que lleva analizándose mucho tiempo: la relación que la enfermedad puede tener con el virus de Epstein-Barr (VEB), el que causa la mononucleosis (conocida comúnmente como ‘enfermedad del beso’). Este nuevo estudio aporta «pruebas convincentes de causalidad«.
Así lo ha determinado Alberto Ascherio, quien es profesor de epidemiología y nutrición de la Escuela Chan de Harvard y el autor principal del estudio que ha publicado la revista Science.
El descubrimiento es una gran noticia, pero aún hay trabajo por hacer. Tal y como afirma el profesor «en la actualidad no hay forma de prevenir o tratar eficazmente la infección por el VEB«. Ahora bien, «una vacuna contra el VEB o la utilización de fármacos antivirales específicos podrían prevenir o curar la EM«, añade.
Los investigadores revelaron que no ha sido fácil determinar una relación causal entre el virus y la enfermedad, pues este infecta aproximadamente al 95% de los adultos.
Para ello, llevaron a cabo un estudio con una gran muestra con 10 millones de adultos jóvenes del Ejército estadounidense. Se observó que 955 de ellos fueron diagnosticados con esclerosis múltiple durante sus años de servicio.