En esta época, tras la temporada de caza, se originan más abandonos de perros, lo que dispara el riesgo de atropello de estos animales. El número de accidentes de tráfico ocasionados por animales ha aumentado en un 25% en 2021.
En esta época del año los días cuentan con pocas horas con luz, las noches son más largas, se producen descensos bruscos de las temperaturas y en zonas de montaña puede existir la presencia de hielo y/o nieve. Todas estas circunstancias provocan cambios en los hábitos y comportamientos de muchos animales convirtiéndolos en un riesgo para la seguridad vial de los conductores en España. Muchos de ellos se aproximan a las carreteras o vehículos con lo que se convierten en un peligro que puede originar un accidente de tráfico.
Según las autoridades, el número de accidentes de tráfico ocasionados por animales ha aumentado en torno al 25% en 2021 con respecto al año anterior. En el caso de los animales salvajes, las carreteras secundarias y, sobre todo, las que cuentan con trazados más antiguos son las que concentran la mayoría de accidentes con estas especies, aunque no son las únicas.
Vistas las cifras, nos hacemos eco de un análisis realizado por el portal de compraventa OcasionPlus.com que puntualiza cinco situaciones de riesgo al volante muy comunes durante los días de febrero, un mes que puede resultar especialmente peligroso para los conductores por los cambios en el comportamiento de los animales .
El perro ocupa la segunda posición entre los animales más involucrados en accidentes de tráfico. La presencia de perros durante el mes de febrero en las carreteras suele estar relacionado con el abandono que se origina tras la temporada de caza, puesto que es la época del año en la que más abandonos se contabilizan. Por eso, si se advierte la presencia de un perro en las proximidades de la vía se ha de tener el máximo cuidado puesto que lo más probable es esté desorientado y se mueva de forma errática y peligrosa.
En estas situaciones la recomendación es la de, siempre que sea posible, detener el vehículo en una zona segura, dar el aviso a emergencias (llamando al 112) y esperar a que lleguen los agentes procurando evitar que el perro invada de nuevo la calzada. En autovías, autopistas o carreteras donde la detención no sea segura, se debe alertar a emergencias y evitar cualquier maniobra que pueda convertirse en un riesgo para el resto de conductores.
En las zonas con riesgo de nieve o hielo, como las vías que discurren por puertos de montaña o próximas a la sierra, se suele esparcir sal para derretir el hielo y evitar accidentes de tráfico. Sin embargo, en estas carreteras se presenta el riesgo de encontrar animales herbívoros que, atraídos por este mineral, se aproximan a la calzada para lamerlo.
Vacas, ciervos, ovejas, cabras, caballos son algunas de las especies que se acercan a las carreteras con salmuera. Por ello, el consejo al conducir en vías en que se ha esparcido sal, pasa por bajar la velocidad y prestar la máxima atención a la carretera ante la posible irrupción de estos animales para evitar un posible atropello o impacto.
Con la bajada de las temperaturas, algunas mascotas domésticas como los gatos suelen cobijarse entre las ruedas de los coches, bajo el capó o entre el motor. Por eso, en las jornadas más frías pueden resguardarse en el vehículo, lo que conlleva un peligro tanto para la vida del animal como para el motor y, sobre todo, para el propio conductor si con el coche en marcha detecta la presencia del animal y no sabe cómo reaccionar.
El consejo más popular para evitar cualquier riesgo en esta situación en las mañanas más gélidas pasa por dar unos golpes sobre el capó. Así, si existe algún animal alojado en los bajos del vehículo, saldrá de él de forma segura.
Los accidentes de tráfico provocados por jabalíes han aumentado notablemente en los últimos meses, llegando a ser los causantes del 43% de los accidentes con animales. La época con más riesgo es la que coincide con la época de caza (entre agosto y enero) porque con las batidas huyen y cruzan las carreteras con frecuencia; un riesgo que se extiende en el mes de febrero al contar con noches muy largas, lo que promueve su actividad puesto que son animales nocturnos.
Los jabalíes son una especie que suele desplazarse en grupo, por lo que si se observa la presencia de uno en la vía lo más probable es que lo haga acompañado de más ejemplares. La recomendación pasa por reducir la velocidad y no utilizar el claxon para que puedan cruzar la carretera sin riesgo.
Las franjas horarias en las que está más activo el corzo es al amanecer y al anochecer. En zonas boscosas, con los bordes de la carretera próximos a matorrales altos que dificultan la visibilidad, se debe reducir la velocidad de manera considerable para aumentar la seguridad y tener margen para reaccionar. Por ejemplo, si en lugar de circular a 100 km/h se hace a 60 km/h, la distancia de frenado se reduce de 79 metros a 35 metros.
Si durante la conducción se observa un ejemplar en el borde de la carretera, la recomendación pasa por quitar las luces de largo alcance y sustituirlas por las de cruce para evitar deslumbrarlo y frenar ligeramente para que el animal pueda abandonar la carretera o sus proximidades.
Practicar una conducción defensiva, sobre todo por la noche, saber dónde prestar atención en vías poco transitadas y evitar usar las luces de largo alcance o el claxon para prevenir reacciones inesperadas del animal.
Son algunas de las claves a tener en cuenta al volante en febrero, pero no las únicas:
El coste medio de la reparación del vehículo tras un accidente con animales de caza asciende a 1.400 € (un 32% superior al de los siniestros con especies domésticas), por lo que desde OcasionPlus aconsejan a los conductores que suelen circular por zonas con animales, añadir la cobertura cinegética al seguro contratado.
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