Mujer gestante sentada junto a su gato.

Embarazo y gatos: las precauciones que tienes que tomar para evitar la taxoplasmosis

Muchas mujeres embarazadas tienen dudas y no saben qué es lo que deben hacer

Teresa Moreno

En más de una ocasión seguramente hayas escuchado o leído el riesgo para una embarazada que supone convivir con su mascota. La convivencia con los animales, especialmente, con los gatos ha estado en el punto de mira por etiquetarles como los responsables de transmitir la taxoplasmosis, una enfermedad producida por un parásito. 

Pero para saber qué es o no del todo cierto sobre ello, vamos a ir parte por parte. Bien, un felino doméstico, que se alimenta de pienso comercial y que solo transita por el interior de la vivienda, es complicado que contamine a la mujer embarazada únicamente a través de sus heces. Aunque está claro que mantener las medidas higiénicas oportunas en casa ayudará a reducir la más mínima probabilidad.  

No hay que olvidar que a las mujeres gestantes se someten a un control médico, en el que las realizan muchas pruebas, entre las que está la que dictamina si se está o no inmunizada contra el parásito Taxoplasma gondii, el causante de la taxoplasmosis.  

Una embarazada abraza a su gato.
Getty

¿Qué es la taxoplasmosis? 

La toxoplasmosis es un término que hace referencia a una enfermedad que se origina por la infección del parásito Taxoplasma gondii, uno de los más comunes del planeta. Esta contaminación suele producirse al ingerir carne muy poca hecha o fruta mal lavada e incluso, a través de las heces de los gatos que podrían estar infectadas. Otra de los motivos a incluir en esta lista es la transmisión que se puede producir a través del embarazado entre gestante e hijo, al haber estar en contacto con los excrementos del felino.

Los síntomas de esta enfermedad son muy similares a los de la gripe, pero muchos de los individuos no experimentan sintomatología de ningún tipo. Algo que cambia cuando se trata de madres gestantes, ya que pueden provocar alteraciones y malformaciones graves en el feto, tal y como recogen los especialistas en la Clínica Mayo. 

Existen muchas madres que aun así tienen mucho miedo por si el hecho de tener un gato en el hogar puede alterar la salud de su bebé. En este caso, lo primero que tienes que hacer es relajarte y, por supuesto, no renunciar a tu mascota. Si para tu tranquilidad y tras saber que no estás inmunizada al parásito necesitas aplicar todo tipo de medidas higiénicas en el hogar, hazlo.  

Desde el grupo GEMFE se recomienda que las mujeres gestantes eviten en la medida de lo posible limpiar las cajas donde los gatos depositan sus heces y en el caso de que se vean obligadas a hacerlo, porque no les queda más remedio, es aconsejable que lo hagan con guantes desechables y con mascarilla para evitar todo tipo de contacto.  

Además, este organismo recomienda tomar otras precauciones para evitar que tu mascota contraiga la toxoplasmosis:  

  • Su comida es preferible que sea comercial y en el caso de que no lo sea, es mejor que sea cocinado a altas temperaturas duramente al menos 10 minutos. 
  • En el caso de que vaya a comer carne cruda esta debe congelarse 48 horas antes a más de 20º C.  

Aunque recuerda que la toxoplasmosis no se puede contraer solo a través de los gatos, ya que el Toxoplasma gondii puede estar presente en alimentos, como las verduras, las frutas, las legumbres, los embutidos y hasta la carne poco hecha. Así que, presta atención a tus ensaladas y lava todo con lejía alimentaria antes de ingerirlo.  

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