El vínculo entre Resines y Piqueras que ni te imaginas
Su mujer contó en Planeta Calleja cómo conoció al actor y Piqueras tuvo mucho que ver
La emisión del programa coincidía además con la primera aparición de Resines en televisión tras su enfermedad, hablaba aunque a través de videollamada con Pablo Motos en El Hormiguero.
Meses antes Jesús Calleja se había llevado a Antonio Resines a grabar el programa a Costar Rica, allí el actor se atrevió a hacer escalada y hasta a tirarse en tirolina. Un viaje en el que le acompañó Ana, su mujer, que en un momento de la grabación se unía a la conversación entre ambos para relatar cómo conoció al que ahora es su marido.
El vínculo entre Resines y Piqueras que ni te imaginas
Una divertida conversación en la que la compañera del actor contó cómo le conoció en un semáforo hace treinta años, así lo relataba ella: «Yo estaba con una amiga en un coche. El del coche de al lado saludó, a mi amiga le sonaba, miré y le dije ‘te suena porque es Pedro Piqueras. Entonces él abrió la ventanilla y ya veo a este y digo ‘ay qué divertido Resines’ porque a mí me divertía mucho».
Después lo normal: «Entonces nos preguntaron donde íbamos. Y yo le dije a mi amiga que dijera que íbamos a Pachá y se vinieron con nosotros. Y de ahí hasta hoy»
Calleja preguntaba interesado si la amiga de Ana terminó con Piqueras a lo que ella contestó que fueron pareja siete años. Nada que ver con los treinta que ellos llevan juntos, aunque se han casado hace tan solo unos meses, «Nos casamos hace unos meses, hay que estudiar las cosas bien», decía con gran sentido del humor Resines.
Ana aclaraba que en esos treinta años se habían separado dos veces, una tres años y otra seis, pero que al final ella terminaba consultándole todo al que ahora es su marido.
Calleja contaba un detalle del viaje, «Sois muy peculiares. ¿Me habéis pedido habitaciones separadas por qué?», les preguntaba, a lo que Ana contestaba que la razón son sus ronquidos y la sensibilidad de Resines ante los mismos, «yo tengo un problema de asma y ronco y él es muy sensible», explicaba y contaba la anécdota de un viaje romántico a Sevilla en el que una noche él terminó sentado en la recepción del hotel al no poder soportarlos.
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