El ejercicio y la alimentación sana pueden ayudar a dejar el tabaco. Dejar de fumar es uno de los propósitos de año
nuevo más habitual entre los españoles, especialmente por cuestiones sanitarias.
Y es que el consumo de tabaco está detrás de muchos problemas de salud, entre los que se encuentra el cáncer de pulmón. Por ello la Asociación para la Investigación del Cáncer de Pulmón en Mujeres (ICAPEM) se ha marcado como objetivo reducir el tabaquismo entre las mujeres y hacerlo a través de la promoción de buenos hábitos, como el
ejercicio y la alimentación sana.
El consumo de tabaco lleva décadas aumentando entre las mujeres españolas, lo que ha provocado que crezca también el número de casos de cáncer de pulmón. En su lucha por invertir esta tendencia, ICAPEM va a centrar buena parte de su actividad de este año en la promoción de la vida sana.
“Introducir el ejercicio y la alimentación sana en nuestro día a día nos puede hacer entrar en una dinámica saludable en la que el tabaco no tiene lugar”, explican desde la Asociación.
Entre los hábitos saludables que ayudan a evitar y dejar el tabaco está, por ejemplo, el consumo de agua. “El acto de llevarse la botella o el vaso a la boca puede sustituir el impulso de hacer eso mismo con el cigarrillo”, explican.
“Además, bebiendo suficiente agua nos mantendremos hidratados y ayudaremos a nuestro cuerpo en su función depurativa, que será la que nos lleve a expulsar la nicotina y otras sustancias nocivas que el tabaco introduce en el organismo”, añaden.
Desde ICAPEM aconsejan, además, utilizar el ejercicio físico como aliado. “Está comprobado que la práctica de actividad física genera una serie de reacciones químicas en nuestro cerebro, que ayudan a reducir el estrés y aumentan la sensación de bienestar”, apuntan.
Por lo tanto, hacer deporte puede reducir notablemente la ansiedad que se produce al dejar de fumar. El ejercicio permite, además, que las personas puedan ir comprobando cómo su cuerpo cada vez responde mejor al esfuerzo,
gracias a los beneficios que a estas dos prácticas hay que unir la alimentación sana.
“No es raro que la gente engorde al dejar el tabaco. Eso es debido a que el cuerpo, para afrontar la ansiedad,
recurre a comida poco saludable”, explican los expertos de ICAPEM. “Pero si canalizamos esa ansiedad a través del ejercicio y con una alimentación consciente que nos haga sentir bien, ese aumento de peso, producido de forma insana, no tiene por qué suceder”, añaden.
Pero los buenos hábitos no solo son efectivos a la hora de evitar o dejar el tabaco, también se han comprobado sus beneficios cuando el cáncer ya se ha producido. De hecho, hace unos meses ICAPEM puso en marcha el Programa Actívate, una iniciativa para fomentar la práctica de actividad física entre los pacientes oncológicos. “Hemos visto que el ejercicio aumenta mucho el bienestar de esos pacientes, tanto a nivel físico como a nivel psicológico y social, por eso vamos a continuar con Actívate todo el tiempo posible”, cuentan orgullosos.
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