A todas nos gusta siempre vernos bien o simplemente, sentirnos cómodas con lo que vemos frente al espejo. Y con ello a veces acabamos llegando al lugar equivocado al adquirir productos cosméticos para la piel que, en vez de, velar por protegerla e hidratarla, más bien causan el efecto contrario. Por eso, siempre es importante apostar por cremas o sérums que tengan protección solar, hidratación, propiedades anti rejuvenecimiento… Pero no todas contienen las famosas ceramidas, unos componentes que ayudan a que tu piel se recupere de forma natural.
Desde hace muchos años, se ha convertido en el ingrediente estrella de todas las cremas y sérums de cosmética y no es para menos, ya que su poder de regeneración es bestial. Las ceramidas son naturales y se encuentran ya de por sí en nuestra piel y resultan indispensables ya que actúan como barrera protectora ante los agentes externos y ayudan a mantener una correcta hidratación facial y corporal.
Si tu nivel de ceramidas es bajo o casi inexistente corres el riesgo de que tu piel se debilite, se seque y hasta se irrite con facilidad. Aplicar productos que lleven incorporadas las ceramidas directamente en el rostro, en el escote o en cualquier parte del cuerpo ayuda a que esta se recupere notoriamente. Además de que, poco a poco, vuelva a regular esa cantidad de agua necesaria para que la piel esté perfectamente hidratada y luzca luminosa.
Si es la primera vez que ves algo relacionado con las ceramidas, tranquila porque te vamos a explicar qué son exactamente y para qué sirven con el fin de que, a partir de ahora, busques estos ingredientes en los productos de cosmética que compras o elaboras manualmente en casa.
¿Qué son las ceramidas?
Las ceramidas hacen referencia a unos lípidos (grasas) que tenemos de manera natural y que son el principal elemento de la epidermis. Estas forman una especie de barrera ante los posibles agentes externos impidiendo su entrada para que no debiliten la piel. A su vez, la función de las ceramidas no es otra que la de regular el agua de nuestra piel para evitar una posible deshidratación.
Si la piel no es capaz de retener esa agua esto podría ocasionar grandes problemas en nuestra piel, ya que al no tener esa barrera protectora los agentes externos penetrarían de forma más profunda e intensa provocando fuertes daños.
A medida que la edad avanza el organismo produce cada vez menos ceramidas de forma natural. De ahí, que con los años vayas notando que tu piel se reseca con mayor facilidad, se arruga antes… Por eso, es importante empezar a cuidarla desde bien temprano y al mismo tiempo, frenarlo para que no siga avanzando y debilitando tu epidermis.
Beneficios de las ceramidas para la piel: ¿Para qué sirven?
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El hecho de adquirir cremas faciales y corporales con ceramidas es algo ya imprescindible a la hora de hacer tus compras o investigaciones sobre qué es lo que mejor va a tu piel. Dado que la edad rebaja el nivel de las ceramidas en nuestro cuerpo es vital recurrir de forma externa a ellas para que puedan protegerte de posibles inflamaciones, irritaciones, procesos de deshidratación y entrada de factores tóxicos contaminantes.
Aporta elasticidad e hidratación a la piel.
Reduce la aparición de las patas de gallo y las marcas de expresión en el rostro.
Evita que tu piel se muestre flácida y se irrite con facilidad.
Proporcionan luminosidad y actúa como barrera protectora.
Regulan la producción de la sebácea en las pieles más grasas.