Algo a lo que trata de quitar importancia Marta León, una ingeniera química especialista en alimentación, nutrición y salud femenina, de la que hablábamos hace unos días, que normaliza este periodo de la vida, «al final forma parte de la vida y de la evolución de la salud femenina y de lo que implica cumplir años.». León incluso habla de rasgos positivos de esta etapa cómo el aumento de la madurez y cierta relatividad a la hora de afrontar la vida. Un cambio de visión que es «muy valioso y muy empoderador para las mujeres, porque nos hace ver las cosas con una perspectiva mucho más serena, mucho más sabia.».
Pero lo cierto es que por muy buen estado físico con el que lleguemos a la menopausia, sufriremos en algún momento síntomas como sofocos, dificultad para conciliar el sueño, aumento de peso, dolores de cabeza, etc. Algo que el cirujano Luis Tajall intenta evitar implantando algo a lo que ha llamado el chip de la juventud.
Se trata de un tratamiento que hace posible el equilibrio hormonal de las mujeres en esta etapa de la vida en la que tal y como explica el médico en una entrevista con El Español, “A partir de los 40 años se inicia el preámbulo de la menopausia, con el descenso en la producción de testosterona en la mujer. Se produce un desequilibrio que va a alterar desde el estado de ánimo hasta la tolerancia, la morfología del cuerpo, el deseo sexual y la falta de sueño”.
Algo que provoca que subamos de peso, nos falte energía y estemos más cansadas, además de tener retención de líquidos, piel seca y dolores musculares y sequedad vaginal entre otros síntomas.
Y precisamente para paliar estos efectos el experto habla de implantar este «chip de la juventud», «un chip de liberación lenta con hormonas bioidénticas que contrarresta los efectos de la perimenopausia y la menopausia…». Y añade, «Esta terapia de origen natural destinada a las mujeres mayores de 40 años, regulariza los niveles hormonales en la mujer y este tratamiento natural con la hormona testosterona tiene efectos beneficiosos sobre el peso, el estado de ánimo, la higiene del sueño y la salud sexual.»
Sobre su implantación el médico explica que se coloca debajo de la piel de la cadera en cinco minutos, con una gota de anestesia y sus efectos duran cinco meses durante los que está garantizada la liberación diaria de dosis fisiológicas de la hormona testosterona. Tras ese tiempo el organismo absorbe el parche y hay que colocar otro. Añade que el tratamiento «no necesita de seguimiento médico y tiene un coste de 400 €.»
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