El cambio climático afecta a nuestra supervivencia. Las muertes provocadas por la enorme dependencia que nuestra sociedad posee de los combustibles fósiles y el daño que su uso provoca en la atmósfera son una realidad incontestable.
La revista médica The Lancet ha publicado The Lancet Countdown 2022, que aborda el estado del cambio climático y cómo está afectando a la supervivencia de los humanos. 99 expertos de 51 instituciones, entre ellas la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM), participan en el estudio dirigido por el University College de Londres.
Los datos son escalofriantes y muestran una evidencia que muchos aún se resisten a ver:
El séptimo informe mundial de The Lancet no pone el foco de forma exclusiva en las consecuencias que el cambio climático tiene sobre la mortalidad, también analiza la inseguridad alimentaria, las infecciones y enfermedades relacionadas con el calor o la contaminación atmosférica y la pobreza energética.
«Nuestro informe de este año revela que estamos en una coyuntura crítica. Vemos cómo el cambio climático está provocando graves impactos en la salud en todo el mundo, mientras que la persistente dependencia mundial de los combustibles fósiles agrava estos daños para la salud en medio de múltiples crisis mundiales», apunta la doctora Marina Romanello, directora ejecutiva de del informe en el University College de Londres (Reino Unido).
«A pesar de los desafíos, hay pruebas claras de que la acción inmediata aún podría salvar la vida de millones de personas, con un rápido cambio hacia la energía limpia y la eficiencia energética –advierte Romanello-. Una acción climática acelerada aportaría beneficios en cascada, con sistemas sanitarios, alimentarios y energéticos más resistentes. Con un mundo en plena agitación, los gobiernos y las empresas tienen la oportunidad de situar la salud en el centro de una respuesta alineada a estas crisis concurrentes, y ofrecer un futuro saludable y seguro para todos».
«Los sistemas sanitarios son la primera línea de defensa para tratar los impactos en la salud física y mental de los fenómenos meteorológicos extremos y de los demás impactos de un clima cambiante, pero están luchando para hacer frente a la carga de la pandemia de COVID-19, a las interrupciones de la cadena de suministro y a otros retos, poniendo vidas en peligro, hoy y en el futuro», asegura Kristie Ebi, profesora del Centro de Salud y Medio Ambiente Global de la Universidad de Washington (Estados Unidos).
La extensa ola de calor que ha asolado Europa este verano no es casual. Es consecuencia del cambio climático que progresivamente está extremando las temperaturas en el planeta. Las muertes relacionadas con la subida de las temperaturas se incrementaron un 68% entre 2017-2021.
El informe denuncia la falta de compromiso político. Y es que tanto gobiernos como empresas continúan priorizando la extracción y quema de combustibles fósiles, incluso las subvencionan, a pesar de los graves y agravados perjuicios para la salud que conlleva.
«Las estrategias actuales de muchos gobiernos y empresas encerrarán al mundo en un futuro fatalmente más cálido, atándonos al uso de combustibles fósiles, que están cerrando rápidamente las perspectivas de un mundo habitable», avisa el profesor Paul Ekins, de la Bartlett School del University College de Londres.
Los datos del informe de este año denotan, no obstante, algunas señales de esperanza:
«Debemos cambiar, de lo contrario nuestros hijos se enfrentan a un futuro de cambio climático acelerado, que amenaza su propia supervivencia«, concluye el profesor Anthony Costello, copresidente del informe de The Lancet.
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