La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya considera como epidemia de salud pública los problemas de sueño. Está claro que dormir poco o mal puede derivar en problemas de salud y ocasionar estrés, ansiedad y falta de concentración entre otros efectos. La recomendación de la OMS en este sentido es dormir al menos siete horas diarias.
Sin embargo tan malo puede ser dormir mucho como dormir poco, no si lo hacemos aisladamente, pero si si lo convertimos en una costumbre. Es decir si estamos enfermos o muy cansados un día concreto, no es preocupante que necesitemos dormir un poco más pero si si es nuestra tónica general.
Teresa Canet, neurofisióloga y miembro de la Sociedad Española del Sueño (SES) explica en declaraciones a TELVA que «es igual o casi igual de malo dormir poco que dormir mucho».
Dormir demasiado se asocia con la baja concentración y la diabetes
El diario El confidencial se refiere en este sentido al Sleep Health, un estudio realizado por la Fundación Nacional del Sueño en EE.UU, en el que participaron 18 expertos de varias organizaciones y del que se dedujo que, «la duración para individuos sanos con sueño normal debe ser, en caso de recién nacidos, entre 14 y 17 horas; bebés, entre 12 y 15 horas; niños pequeños, de 11 a 14 horas; menores en edad preescolar, de 10 a 13, y en edad escolar, de 9 a 11. Para los adolescentes se consideró adecuado de 8 a 10 horas; de 7 a 9 horas para adultos jóvenes y adultos, y de 7 a 8 horas de sueño para los adultos mayores.»
Debemos tener en cuenta además que a lo largo de la vida nuestras necesidades de sueño van variando según la edad, el nivel de actividad y nuestra salud general. Además «los investigadores tienen cuidado de señalar que otros dos factores (la depresión y el nivel socioeconómico bajo) están fuertemente asociados con dormir demasiado. Estos dos pueden ser la razón de los efectos negativos para la salud observados.»
Estas son algunas de las consecuencias de dormir mucho:
Disminuye nuestra concentración y altera la actividad normal del cerebro en nuestro día a día. Según Canet, «experimentamos pérdidas en la capacidad de atención y en la memoria, lo que hace que nos volvamos más lentos»
Obesidad, tal y como se deduce de un reciente estudio en el que «las personas que dormían entre nueve y diez horas cada noche tenían un 21% más de probabilidades de volverse obesas durante un periodo de seis años que las que dormían entre siete y ocho.»
Otros estudios asocian dormir mucho con el estado de ánimo, concretamente con la depresión y explican que la falta o exceso de sueño puede propiciar su aparición o empeorar sus síntomas en personas que ya la sufren.
Dolores de cabeza y de espalda en algunas personas propensas a ellos
Problemas cardiacos, El Confidencial habla del «Sleep Medicine», «un trabajo basado en el Estudio de salud de las enfermeras, que involucró a casi 72.000 mujeres, constató que las mujeres que dormían de 9 a 11 horas por noche tenían un 38% más de probabilidades de sufrir una enfermedad coronaria que las que dormían 8.»
Más riesgo de sufrir diabetes, dormir en exceso duplica el riesgo de padecer diabetes tipo 2 ya que puede aumentar el nivel de azúcar en nuestro organismo.
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Así que lo mejor es ni mucho ni poco sino lo justo para nuestra edad y condición física.