En primer lugar deberás tener en cuenta el material, si son de oro, plata, titanio o cualquier metal de calidad o hipoalergénico, este no sería el problema principal. Algo que no ocurre con la bisutería, que puede estropearse si llevamos de forma continua (a veces con ese característico color verde si, por ejemplo, se moja) y puede darnos algún tipo de problema en la piel.
En este caso deben tener especial cuidado aquellas personas que tienen cualquier tipo de problema de circulación sanguínea. ¿Por qué? Muy sencillo: en estos casos algunas partes de nuestro cuerpo, generalmente las extremidades, se suelen hinchar. Algo que se incrementa aún más en épocas de calor. Y aunque creas que este fenómeno se suele reducir a los pies y los tobillos, ¡error! Si tienes esta tendencia es posible que notes que los anillos te aprietas más o menos según en qué momento.
El problema es que mientras dormimos podemos dejar de ser conscientes de que el anillo nos está apretando y, tras dormir con anillos puestos, descubrir a la mañana siguiente que no podemos quitárnoslo. En los casos más sencillos te costará un rato de intentarlo, utilizando trucos como agua y jabón, aceite y todo tipos de remedios tradicionales. Importante: no lo intentes por la fuerza, puedes hacerte daño. Si la hinchazón es tanta que llega a cambiar el color del dedo, necesitarás acudir a urgencias y, lo más probable es que tengan que partir el anillo para evitar una lesión.