Las cerezas y picotas llegan a nuestros fruteros estos días de calor y previos al inicio del verano. Vienen a dar más color y sabor, al gran repertorio de frutas que la temporada estival trae. Ambas son alimentos que aportan frescor gracias a su alto contenido en agua, fibra y diferentes vitaminas. No siempre sabemos diferenciarlas. Desde Cadena Dial os vamos a contar sus características para que sepas como consumidor que comprar en la frutería.
La picota es un tipo de cereza que se da en el Valle del Jerte y en algunas zonas de la Vera (Extremadura).
La maduración de la picota se produce más tarde que la cereza por lo que el producto que, ahora mismo, a comienzos de junio, vemos en las tiendas son cerezas. La temporada de las picotas se inicia finales de junio y acaba a finales del mes de agosto.
La picota es una cereza de tamaño menor. Lo más habitual es que los calibres sean de entre 24 y 26 milimetros. Mientras que las cerezas comunes pueden alcanzar incluso los 30 milímetros.
La picota es la más rica de las cerezas, más dulce y con menos acidez.
La picota es más cara en el mercado.
Su sabor es más dulce, intenso, su carne más tersa y firme y cuando la mordemos notamos que cruje.
La picota no tiene rabito porque se queda en el árbol en el momento de la recolección.
El hueso de la picota es más grande.
Estas frutas tan ricas son perfectas para estas fechas de calor en las que buscamos alimentos frescos. Además, ambas permiten preparaciones muy apetecibles en batidos o en helados.