Porque sí, es posible adiestrar nuestra mente para llevar a cabo una alimentación sana. Lo ha explicado Carmen González Vázquez, doctora en Farmacia y especialista en Nutrición. La experta plantea las posibilidades que existen para educar el cerebro y conseguir una buena relación con los alimentos.
Gracias a este razonamiento, es posible deshacerse de las dietas milagro, que muchas veces traen consigo el efecto rebote.
«Ser conscientes de cómo comemos, aceptar los alimentos que queremos comer y realizar ejercicios de alimentación intuitivo», decía González Vázquez. Unos buenos productos pueden convertirse en una de las herramientas más eficaces «para luchar contra los antojos».
Además, sostiene que «cada vez más investigaciones demuestran que restringir alimentos solo hace que se quiera comer más».
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Por todo ello, la nutricionista recalca que la dieta del cerebro es un término acuñado para concienciar a la sociedad de lo importante que es ser consciente de lo que uno come. «El secreto no es tanto decidir si un alimento es bueno o malo, sino escoger, de forma consciente, el tipo de alimentación que se debe seguir por una cuestión de salud».
Además, al comer despacio y evitando las distracciones, estamos centrando nuestra atención en el plato que tenemos ante nosotros. De esta manera, le daremos tiempo al cerebro para que envíe al estómago la señal de saciedad necesaria para dejar de querer comer más.
González Vázquez advierte que hay que intentar «satisfacer las necesidades alimenticias con una dieta saludable, pero guardando un equilibrio con lo que es darse pequeños momentos de placer, que permitan a la persona disfrutar con la gastronomía», explica.