Teniendo en cuenta que el huevo es uno de los alimentos más importantes y nutritivos que podemos tener en nuestra alimentación, es importante recalcar que no todas las formas de cocinarlos son saludables. Según un estudio del Servicio Nacional de Salud del Reino Unido comer huevos fritos supone ingerir una mayor cantidad de grasas (50%) provenientes del propio aceite o de la mantequilla que se utilizan para crearlos.
Entonces te preguntarás cómo comer huevos de forma saludable. La respuesta es sencilla: todas las opciones son válidas, pero comer huevos fritos es la última en la lista o ni tan siquiera tendría que aparecer. En su lugar, puedes prepararlos hervidos o escalfados, algo que tendrá menos calorías.
Aunque si, de vez en cuando, quieres disfrutar darte un capricho y disfrutar de este manjar, la opción más sana para tu salud es que hacer huevos fritos a la plancha, ya que necesitarán menor cantidad de aceite para prepararlos y son algo más “sanos” que los huevos fritos en una sartén normal.
La tradición de comer huevos fritos con puntilla se remonta a la prehistoria cuando nuestros antepasados utilizaban mucho aceite de oliva para freír el huevo y el resultado era esa famosa red crujiente de un color un tanto ennegrecido, que no a todo el mundo le produce placer.
Además, el motivo principal por el que te costará poco decir adiós a la puntilla del huevo frito es porque su yema está dura. Es decir, comer huevo frito con puntilla en la mayoría de las ocasiones supone comer una yema dura y poco apetecible. ¿Por qué? Por lo general, existen muchas personas que disfrutan mucho comiendo y encuentran un verdadero placer en romper la yema y que esta caiga por el resto del plato para después mojar con pan o mezclarla con el resto de ingredientes, como el arroz o una rebanada de pan. Un placer que seguro los apasionados de los huevos y, sobre todo, a aquellos que detestan la puntilla entienden a la perfección.
Otro de los motivos para despedirte de la puntilla del huevo puede ser que existen pocas combinaciones para comerlo con otros ingredientes, algo que cambia notoriamente si lo comparamos con los huevos cocidos que pueden ser un básico imprescindible para complementar en cualquier plato.
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