De forma general, los gatos suelen acudir menos al veterinario que los perros, pero por ello no significa que no sufran.
Para que no se te pase por alto si la salud de tu mascota y ofrecerle los cuidados necesarios, te dejamos cuáles son los gestos que pueden significar dolor.
En una escala para evaluar el dolor agudo de los gatos es importante tener en cuenta las expresiones faciales. Ojos, orejas, mandíbula y bigotes son los factores en los que hay que fijarse. Deberás observarle durante 30 segundos y ‘puntuar’ cada gesto.
Sobre todo hay que fijarse en los ojos, pues abren mucho la órbita. Cuanto más dolor sienta, más los cerrará.
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Las orejas darán una información muy valiosa. Si están rectas y hacia delante, será lo normal y no sentirá dolor. Si las separa ligeramente, puede ser que sufre levemente. Sin embargo, si tiene las orejas aplanadas y hacia fuera, el dolor puede ser severo.
Con el hocico puede ocurrir algo similar. Cuanto más tenso esté es probable que el animal esté sufriendo más dolor. Si se percibe relajado y redondeado, estará en su estado normal y no tendrás de que preocuparte.
Vigila el comportamiento habitual de tu felino para averiguar si tiene dolor. Si normalmente se muestra dócil y cariñoso no habrá problema, pero si cambia a distante e incluso agresivo cuando quieres acariciarle, posiblemente le duela algo.