«Camino con mi verdad«, expresaba el artista junto a las imágenes tras las que se encuentra su chica, Rachel Valdés. A ella la cita como la directora fotográfica, aunque tras el objetivo de esta sesión está el talento de ViktorStudios, muy acostumbrado a fotografiar al artista.
En la primera imagen podemos ver a Alejandro Sanz sentado en el suelo mientras se abraza a sí mismo. Destaca su desnudez y el juego de luces y sombras que interpretamos como todo aquello que podemos ver de una persona pública (el éxito, la fama) y todo lo que no trasciende (el duro trabajo, los miedos).
Otras imágenes nos muestran al artista de brazos cruzados mientras su torso desnudo nos muestra la infinidad de tatuajes que llenan su piel. Recientemente el madrileño volvía a tatuarse, aunque ningún dibujo es tan especial como el que lleva en el pecho: a su madre, María Pizarro, la cual falleció hace ya más de 10 años.
Al margen de la tinta que lleva en la piel Alejandro Sanz, hace unas semanas el artista confesaba que había pasado una época difícil en la que se sentía «triste, musicalmente vacío, enfadado y falto de creatividad«. Pero esto ha cambiado, pues al mismo tiempo reconocía que la música había empezado a «arder» dentro de él de nuevo.
Alejandro Sanz es un gran ejemplo de adaptación a nivel profesional, todo ello sin perder su esencia. No obstante, hay una moda ante la que el artista no quiere dejarse caer nunca: música creada expresamente para TikTok.
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