El cocinero se ha sometido a las preguntas del público presente en el auditorio, que se ha interesado en conocer su opinión sobre la fama, cuáles son sus futuros proyectos o qué plato sería el último que le gustaría comer antes de morir.
Entre todas esas preguntas, además, incluyeron el clásico debate de la tortilla: ¿con cebolla o sin cebolla? Aunque este ya ha manifestado en otras ocasiones que era partidario de no echarle cebolla a la tortilla de patatas, en esta ocasión ha querido explicar la razón.
«Lo voy a desarrollar porque siempre que digo que sin cebolla la gente me dice que soy bobo, y no dudo que lo sea, pero el problema de la cebolla pochada en la tortilla es que aporta un excesivo e innecesario dulzor«, manifestaba el cocinero.
«Organolépticamente, el dulzor no casa con el huevo. Un buen huevo, un buen aceite y una buena patata es un buen combo que no necesitan nada más que un poco de sal«, añadía Muñoz reconociendo que el huevo es un producto que le cuesta consumir.
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