El huevo admite muchas preparaciones: revueltos, tortilla francesa o de patatas, huevo frito, cocido… Con un huevo, que tengas en la nevera, puedes solucionar la cena de una noche si la acompañas con una verdura, por ejemplo.
El huevo tiene, según los especialistas, proteínas de alto valor biológico, que son equiparables a la de la carne o el pescado. Contiene colina que es fundamental para el correcto funcionamiento del cerebro. Según un informe del Instituto del Huevo, “La proporción entre los ácidos grasos saturados e insaturados del huevo es nutricionalmente recomendable. Es uno de los alimentos de origen animal con mejor composición grasa”.
Lo mejor del huevo está en la yema y no solo por el sabor. En la yema encontramos proteínas, que no se alteran, a pesar de ser cocinadas. El huevo es un alimento muy recomendable para las mujeres embarazadas y para el bebé durante la lactancia.
En cuanto a las vitaminas de este rico alimento hay que señalar que, tiene todas las que necesita una persona. La única que no contiene es la C. Las vitaminas se reparten de forma desigual entre la yema y la clara.
Las vitaminas liposolubles (A, D, E y K), la colina, el ácido fólico y la vitamina B12 se encuentran exclusivamente en la yema, donde se concentra igualmente la mayor parte de la biotina, el ácido pantoténico y las vitaminas B1 y B6.
La clara tiene aminoácidos y polipéptidos, que favorecen la absorción del hierro en el intestino delgado.
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