Y, para intentar ayudar a todas esas personas que sufren cada año, cada mes, cada día, cada hora, cada minuto y cada segundo por culpa de este mal, ha nacido la Fundación Siempre Fuertes.
Una asociación sin ánimo de lucro que llega al mundo con un objetivo tan necesario como el de recaudar fondos para la investigación del cáncer infantil, tarea en la que deberían invertirse todos los recursos posibles. Hasta que, algún día, se pueda encontrar el tratamiento que salve a esos miles de niños que enferman cada año de este mal.
De cada 300 casos de cáncer, uno de ellos es infantil. Y de los diagnosticados, solo un 81% de los niños sobrevive a la enfermedad.
Según la OMS, Los tipos de cáncer infantil más comunes son las leucemias, los cánceres cerebrales, los linfomas y tumores sólidos como el neuroblastoma y los tumores de Wilms.
Pero, al mismo tiempo, la Fundación Siempre Fuertes pretende ofrecer un soporte global y todo el apoyo del mundo, tanto a todos esos niños y adolescentes enfermos de cáncer, como a sus familias. Y para ello, la asociación pone su foco en facilitar el asesoramiento médico, nutricional y deportivo de los pacientes, así como en el traslado
a hospitales, clínicas y derivados del niño o adolescente y de sus familiares o tutores legales.
Aparte, Fundación Siempre Fuertes conoce la importancia del apoyo psicológico y emocional. Por ello, también pone al servicio de los pacientes actividades lúdicas durante el ingreso y en el domicilio, durante todo el proceso de la enfermedad.
Pero, además, otra de las grandes metas de la asociación es la de contribuir a que todo el conocimiento y la información relativos a esta enfermedad lleguen a la población general. Y es que, cuanto más se visibilice lo necesaria que es la lucha contra el cáncer infantil, mayores serán las posibilidades de superarlo.
El deseo de Fundación Siempre Fuertes, en ese sentido, es el de salvar las vidas de todos esos niños cuya enfermedad no tiene un tratamiento curativo efectivo.
Dos de los focos de actuación de la asociación están en la investigación del osteosarcoma (que es
el cáncer de huesos más común en niños) y el sarcoma de Ewing, otro cáncer óseo, aunque más inusual, y que fue el que se llevó al cielo a la pequeña María Sánchez, una niña de diecisiete años que, con el lema “¡Siempre fuertes!” por bandera, nunca dejó de luchar en los casi cuatro años en los que hizo frente a la enfermedad.
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