Según un estudio de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) , » los niveles de contaminación en nuestros hogares acostumbran a ser superiores a los de la calle, con un aire entre 2 y 5 veces más contaminado que el aire exterior»
Algo que tiene una explicación lógica tal y como explican desde la web de DKV, «la composición del aire interior tiene como base la del aire exterior ―ya contaminado de por sí―, pero con el añadido de todas las otras fuentes de contaminación procedentes del propio espacio interior (productos de limpieza, materiales de construcción, mobiliario, y un largo etcétera).»
Y es que sin duda el aire que respiramos en el interior de nuestras casas y otros espacios cerrados influye directamente en nuestra salud, provocando tos, irritación de garganta, picor en los ojos, dolor de cabeza, mareos o fatiga en algunos casos.
A la hora de limpiar, mejor utilizar productos de limpieza ecológicos y sin tóxicos ya que los productos de limpieza son una gran fuente de compuestos orgánicos volátiles, como el benceno, el formaldehído o el tolueno, gases potencialmente dañinos
Reducir otras fuentes de contaminación interior evitando fumar en casa, limpiando y aspirando el polvo con asiduidad, evitando usar ambientadores artificiales, secando la ropa al aire libre y al sol e instalando extractores en baños y cocinas.
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