Un documento que insiste sobre todo en que estas bebidas están siendo consumidas por los grupos de población que no deberían estar tomándolas.
AESAN considera que las bebidas con alto contenido en cafeína son aquellas que aportan más de 15 miligramos por 100 mililitros de bebida. En el caso de las bebidas energéticas la media está en 32 mg de cafeína/100 ml”.
Desde AESAN insisten en que son un tipo de bebidas que no deberían tomar “niños y niñas, así como adolescentes; personas con hipertensión o problemas cardiovasculares; y personas que padecen alteraciones del sueño” y explican que “no están recomendados para niños ni mujeres embarazadas o en período de lactancia” algo que debe detallarse en su etiquetado según el Reglamento (UE) 1169/2011.
Y es que tal y cómo recoge El Español, la Agencia aleterta de que : «El consumo de más de 60 miligramos de cafeína en adolescentes de 11 a 17 años, lo que equivale a unos 200 mililitros de bebida energética con 32 mg de cafeína/100 ml, puede provocar alteraciones del sueño…..A partir de 160 miligramos de cafeína (500 mililitros de una bebida energética con 32 mg de cafeína/100 ml), puede provocar efectos adversos generales para la salud: efectos psicológicos y alteraciones comportamentales y trastornos cardiovasculares“.»
Es imporante además el riesgo de dependencia: «Un consumo regular de cafeína puede causar dependencia física moderada a partir de 100 mg/día y tolerancia a esta sustancia, creando la necesidad de consumir una dosis mayor que la inicial para conseguir un efecto similar al original».
Los azúcares son otro detalle en el que hacen hincapie ya que este tipo de bebidas puede: «contribuir a exceder la ingesta diaria recomendada de azúcares simples (50 g al día según la recomendación de la OMS) ya que una lata de 250 ml aporta entre 27,5 y 30 g y el envase de 500 ml entre 55 y 60 g”.»
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