El adolescente de 13 años transita a la edad adulta y vive grandes cambios que afectan a su cuerpo y a su forma de sentir y pensar. Los padres que tengan en casa chicos y chicas deben estar preparados y armarse de paciencia y comprensión porque la van a necesitar.
Las chicas a esta edad sufren cambios en su cuerpo que se va asemejando al de una mujer ya. Les crece el pecho, les viene la menstruación, comienzan a tener vello en las axilas, pubis y piernas. En esta edad les importa mucho cómo les ven los demás. Cuidan su imagen mucho, les interesa presentarse ante los demás con un aspecto cuidado, una ropa que consideren adecuada. Las opiniones de los demás les importa bastante. En cuanto a los chicos, suelen tener más vello en el cuerpo y en su rostro asoma una sombre de bigote.
Si en su círculo se empieza a coquetear con alcohol, tabaco y drogas se verán tentados a probarlas. Los mismo sucede con las relaciones íntimas. Las amistades comienzan a tener mucha fuerza aunque aún tienen en cuenta las opiniones de los padres. Aunque a los padres, les queda poco de esta etapa ya que en poco tiempo ni les escucharán. Según un estudio de la Universidad de Stanford (EE UU) a partir de los trece años ignoran la voz de la madre.
Todo tiene una explicación científica y es que: «cuando los adolescentes parecen rebelarse por no escuchar a sus padres es porque están programados para prestar más atención a las voces de fuera de casa». Poco a poco irán saliendo del cascarón y de la seguridad de casa para unirse a un grupo de amigos del colegio, del club de deporte o del barrio que pasarán a ser la primera opción y sus opiniones serán muy valoradas.
Como padres hay que estar muy pendientes de su alimentación y de su salud mental. Al encontrarse en una etapa entre la infancia y la edad adulta pueden estar ocultando trastornos de alimentación, ansiedad o depresión. Es normal que tengan cambios de humor y que amanezcan felices para que, durante el paso de las horas, se sientan tristes o al revés.
El cerebro del adolescente está en pleno desarrollo y no parará hasta los 21 años, según los expertos. En esta edad son capaces de hacer razonamientos más complejos, expresar mejor sus sentimientos, y saben mejor que está bien y que está mal. Los adolescentes tienen un cerebro muy plástico, que se adapta y cambia continuamente. Como padres hay que fomentar que los hijos hagan deporte y actividades creativas como puede ser la pintura o tocar un instrumento, que estimule su cerebro y les ayude a madurar.
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Para tratar de que los hijos adolescentes se sientan comprendidos podemos:
El ejercicio es fundamental en cualquier etapa de la vida. Anime a su adolescente a que se mueva, a que haga deporte que puede ser en equipo como apuntándose al equipo de baloncesto del barrio o saliendo a correr. Le puede pedir también que salga a pasear en familia o a alguna excursión por la sierra. El caso es que haga ejercicio ya que le servirá para estar en forma y para disminuir es estrés.
Intente que se coma en familia. Es un momento de unión de los miembros donde se da pie a charlas distendidas además así podrá controlar la alimentación del menor. En cuanto a las horas que necesita un adolescente descansar, los pediatras indican que a los 13 años deberán dormir entre 8 y 10 horas. Es importante que cumplan eso para rendir más, mantener la atención en sus clases y desarrollarse con normalidad.
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