Tras recoger la ropa toca la perezosa y tediosa labor de doblarla y guardarla. Algo que a priori podría parecer sencillo, pero nada más lejos de la realidad. Todo se complica cuando toca estirar y doblar la sábana bajera ajustable y más si no tenemos a nadie que nos ayude. Si quieres saber cómo ahorrar tiempo y espacio solo tienes que conocer el método Marie Kondo.
Poner en orden en todos los ámbitos de nuestra vida, sobre todo, en los espacios en los que habitamos supone ordenar nuestra mente, ya que nos brinda esa armonía y esa calma a nuestras emociones.
Aprende a doblar las sábanas bajeras a lo Marie Kondo en pequeños pasos
Doblar este tipo de sábanas solo puede resultar en ocasiones imposible, pero esto puede cambiar si aplicas el método Konmari con el que podrás guardar la ropa de una forma más sencilla y ágil. Para que no acabes procrastinando esta tarea tan doméstica te explicamos cómo doblar y guardar tu sábana bajera a lo Marie Kondo.
Busca una superficie plana y extiende la sábana.
Dóblala a la mitad y une los bordes de los elásticos de la sábana bajera, metiendo uno dentro haciendo que todos miren hacia arriba.
Repite el mismo procedimiento uniendo ambos extremos.
Estírala y dóblala a la mitad.
Vuelve a doblarla por la mitad.
Finalmente, dobla en tres tandas hasta que te quede un cuadrado.
Ahora, tu sábana estará lista para guardar en el lugar de siempre, pero ocupando menos espacio.
Para aprender a doblar sábanas normales y ganar tiempo y espacio en tus cajones solo tienes que aplicar los siguientes pasos:
Dobla la sábana a la mitad uniendo todos los extremos con el pretexto de formar un rectángulo.
Dobla de nuevo ese rectángulo a la mitad.
Y ahora dobla hasta formar un pequeño cuadrado o un rectángulo más pequeño.
De esta forma, conseguirás que quede más firme y obtendrás más espacio en tu armario o en tu cajón para guardar las sábanas y otras prendas. Ahora doblar sábanas por ti solo, es más fácil de lo que piensas. Por lo que no tendrás excusa para seguir posponiéndolo.
El método Marie Kondo no es solo aplicable a ropa, ya que además de enseñarnos su arte para ordenar también nos invita a deshacernos de todo aquello que ya no utilizamos y que nos está ocupando espacio.
