Una persona cocinando en su casa pollo al horno.

Cómo debemos comer el pollo: ¿con o sin piel?

Existen muchos mitos sobre qué es lo más saludable, aquí te desvelamos todos los detalles

Teresa Moreno

Siempre intentamos (en la medida de lo posible) llevar una vida saludable, no solo haciendo ejercicio, sino también evitando los excesos y los platos ultra procesados. Pese a que veces acudamos a ellos porque nos salvan alguna comida o cena cuando vamos con prisa, la mejor opción siempre será comer productos frescos. Teniendo en cuenta que el pollo, es uno de los alimentos que más consumimos semanalmente en nuestra dieta, es importante aclarar algunos mitos sobre cómo comer el pollo: ¿con o sin piel?

Según un estudio de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) el pollo es la carne blanca más consumida en todo el mundo. Lo que explica que sea uno de los alimentos más utilizados en las cocinas, dado su alto nivel de versatilidad, ya que se puede comer frito, asado, a la brasa, cocido…. ¿Lo mejor? Es que en todos ellos está exquisito. Aun así, existe una tendencia o una falsa creencia de que comer el pollo con piel puede resultar perjudicial para la salud. 

Según una experta en nutrición, Beatriz Robles consumir pollo con o sin piel no responde a ninguna alternación nutricial para la salud. Por lo que concluye que esto más bién dependerádel gusto de cada persona, tal y come recoge el Diario La vanguardia. Eso sí, la piel del pollo está más expuesta a los contaminantes en la producción animal, pero más allá de eso no aporta un valor lo suficientemente determinante como para etiquetarlo como “no saludable”. 

La alta cocina 

También es cierto que, a nivel culinario, los cocineros y cocineras suelen presentar sus recetas sin la piel, aunque previamente hayan hecho el guiso con ella. Esto es más bien una técnica que ayuda a que el producto no se reseque tanto y a la hora de comerlo esté mucho más jugoso.  

Si nos adentramos un poquito más en la alta cocina, vemos que los contrastes son uno de los clásicos a los que es imposible renunciar. Por eso, no es de extrañar que, si acudes a un restaurante o un local degustes el pollo, pero con diferentes texturas para hacer que tu experiencia culinaria sea inolvidable.  

Por lo que independientemente de tus preferencias culinarias, a nivel nutricional no hay nada reseñable. Puedes comer el pollo de la forma que más te guste. Recuerda que consumir pollo es muy importante porque es una gran fuente de nutrientes y proteínas, además su fácil digestión la convierten en la alternativa perfecta para combinar con todo tipo de platos. 

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