También es considerada una de las opciones más saludables para incluir en nuestra dieta. Sin embargo, abusar de ello puede resultar dañino para nuestro cuerpo. No se conocen las consecuencias de comer de manera abusiva este tipo de carne.
La idea de consumir pollo todos los días sin excepción va a quedarse obsoleta gracias a la información que te vamos a dar en este artículo.
El excesivo consumo de carne blanca, es decir, el pavo, conejo, cordero y pollo, puede generar un aumento de los niveles del colesterol «malo» (LDL) de nuestro cuerpo. Las grasas insaturadas que contiene el pollo son propicias a aumentar las partículas de LDL.
El exceso de proteína con el que cuenta hace que tu cuerpo lo termine por almacenar como grasa innecesaria. Esto conllevaría que tu peso se viera aumentado y por lo tanto, el riesgo de lípidos de la sangre también se incrementase.
Además, comer demasiado de esta carne puede contribuir al riesgo de contraer enfermedades cardiacas por lo señalado anteriormente. No es ninguna sorpresa, pues comer una porción de pollo todos los días aumenta los problemas cardiovasculares.
De la misma manera que con abusar del consumo de pollo hay mayor probabilidad de que te pueda dar una intoxicación alimentaria, pues si el pollo no está del todo cocinado, es posible que esté expuesta a la salmonella o al campylobacter. Estas pueden provocar enfermedades graves, sobre todo en ancianos y mujeres embarazadas.
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