España no sigue el ritmo de Europa; eso es algo que ya avalan numerosos estudios. Tenemos cambio de hora, sí; pero los españoles también tenemos nuestros propios horarios, sobre todo en las comidas. Una de las costumbres más típicas es comer más allá de las 13:00 horas y cenar pasadas las 21:00 horas, un hábito que aunque sea habitual y algo prácticamente inmerso en nuestro ADN, puede acarrear serios problemas de salud.
Así lo ha advertido a Cadena Ser Marta Junqué, coordinadora de la Barcelona TimeUse Initiative, una asociación que promueve las políticas del tiempo a nivel internacional, quien afirma que esta tendencia de comer tarde no es nada «saludable» y aboga por romper con este hábito y seguir la «cronodieta», como se denomina en el mundo de la nutrición a la costumbre de adaptar las distintas comidas.
Pero, ¿por qué es importante ajustarnos a ciertas horas para comer y cenar? Según defienden expertos en la materia como Violeta Ramírez, nutricionista y coordinadora del Grupo de trabajo de Nutrición y Alimentación de semFYC, la hora a la que ingerimos los alimentos afecta a nuestra forma de metabolizarlos y, destaca, «influye en la prevención de muchas enfermedades».
Además, como explica la especialista, nuestro cuerpo se guía por un reloj central que se encuentran en nuestro cerebro y en los «relojes periféricos» de los órganos que cuando se produces «disrupciones en los horarios» esto produce una disrupción entre ambos relojes, lo que puede desembocar en un «aumento de la inflamación crónica de bajo nivel». En definitiva, esto puede acarrear problemas con el metabolismo y la nutrición.
La hora ideal para comer es entre tres y cuatro horas después de la última ingesta, lo que incluye también la merienda, en caso de hacerla «y que luego hiciéramos una cena que no se fuese más allá de las ocho o las nueve», tal y como ha indicado la escritora Ángela Quintos al medio.
La demora en la comida en nuestro país no es un mero rumor, sino una rara costumbre (a ojos del resto de países de Europa) que queda reflejada en estudios y es objeto de observación de los más curiosos, como la cuenta de Instagram de ‘Lover of geography’, que publicó una imagen con los distintos horarios de comidas en diferentes áreas europeas, denotando la diferencia de España, que se sitúa como el país que, de media, cena más tarde: entre las 21:30 y 22:30 horas.
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A nuestro país le sigue Portugal (21:00 horas), Grecia e Italia (20:00 horas). Después irían Ucrania, Polonia, Bielorrusia, Francia, Croacia y Rumanía, que cenan entre las 19:00 y las 20:30 horas del día. Más prematuros con Eslovaquia, Reino Unido, Bélgica, Irlanda, Alemania y República Checa, donde su comida nocturna es más bien diurna y la cena la adelantan a horas tempranas, entre las 18:00 y las 19:30 horas. Pero los países que se coronan como los territorios donde se cena antes son Finlandia y Noruega, donde la cena empieza a partir de las 16:00 horas de la tarde.
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