Y es que la cirugía estética es apta solo para algunos bolsillos, aparte de que no todo el mundo está dispuesto a meterse en un quirófano por una razón estética. Sin embargo hay algunos tratamientos de estética que no implican meterse en un quirófano y con los que se obtienen muy buenos resultados, es el caso de la carboxiterapia.
Consiste en la inyección de un gas medicinal, dióxido de carbono (CO2), que es un gas natural, incoloro e inodoro. Según explica a la Revista Clara, la doctora Mercè Campoy, experta en medicina estética y láser, además de miembro de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME) y directora de la clínica que lleva su nombre en Barcelona.
El procedimiento se realiza con microinyecciones subcutáneas, que mejoran la oxigenación de los tejidos de la zona tratada, «lo que se traduce en una mejora de la piel, por el aumento en la fabricación de colágeno y elastina, reflejando tejidos más firmes y tersos. Además favorece la microcirculación, ya que llega más oxígeno a las células y tejidos, mejora la producción de colágeno y elastina y ayuda a drenar toxinas.»
Se trata además de una técnica con efectos secundarios muy leves y solo en la zona del pinchazo, hematomas leves, ligero ardor o picor al difundir el gas, además de una discreta hinchazón de la zona hasta 48 horas después del tratamiento.
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