Los ronquidos o el insomnio no son los únicos obstáculos a la hora de dormir. Muchas personas, ya sean hombres o mujeres, sufren de un trastorno conocido como apnea del sueño; es decir, pausas en la respiración en esas horas de descanso. Aunque parezca normal, pues, de media, los seres humanos dejamos un intervalo de unos 4 o 5 segundos sin respirar, se considera que existe este trastorno cuando este tiempo se duplica. Es entonces cuando hablamos de apnea, mientras que si la persona permanece más de diez segundos sin respirar, se trata entonces de una hipoapnea.
Así lo explican desde el Hospital Universitario Quirón de Madrid, donde también destacan que hay individuos que padecen esta afección con hasta 60-120 segundos. Es ahí, entre esas pausas, cuando llegan los ronquidos. «Todos hacemos apneas con el sueño, lo que se considera anormal, es que estas sean muy frecuentes», señala el centro.
Dicho de otro modo, la apnea del sueño es un colapso momentáneo y repetido de las vías respiratorias que provocan que el aire no llega a los pulmones y, así, se reduce la cantidad de oxígeno que llega a la sangre, informa . Es por esto que los expertos apuntan a que la causa, o al menos una de ellas, de la apnea obstructiva del sueño (AOS) se debe a problemas en el control de la respiración por parte del cerebro.
Y, ¿de qué manera afecta esto a nuestro cuerpo? La respuesta no puede ser más sencilla. Ante la falta de oxígeno, se produce un menor rendimiento cerebral y esto, indirectamente, lleva a una «fragmentación del sueño», como informa el Instituto del Sueño. Esta es la consecuencia más significativa de esta afección, pero no es la única:
Una de las consecuencias primordiales de la AOS, la somnolencia o falta de descanso, puede provocar una carencia de sueño que afecte a lo largo de todo el día. Estas afecciones quedan reflejadas en una sensación de fatiga que pueden llegar a afectar, incluso, en los momentos de estar frente al volante. Es más, desde el Instituto del Sueño remarcan que la apnea aumenta el riesgo de sufrir accidentes de tráfico o laborales. Ya en casos más extremos, cuando no se sigue un tratamiento médico y este problema persiste durante mucho tiempo, puede tener consecuencias mortales.
Desde la sede de centro en Madrid destacan, asimismo, que la apnea del sueño es un trastorno que afecta, en mayor medida, a los hombres más que a las mujeres, aunque en el caso de estas, el riesgo de padecerla aumenta tras la menopausia, por lo que lo mejor para diagnosticarla es realizar un estudio de la respiración durante las horas de sueño.
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