Estamos en pleno verano y algunos ya lucen un bonito color de piel. No nos cansamos de insistir en que debemos tomar el sol con precaución, utilizando siempre protección y sin hacerlo en las horas centrales del día.
Pero tras varios días de cuidar nuestra piel y conseguir un bonito bronceado, este no suele durarnos nada. Pues bien, hoy te contamos un truco con el que conseguirás que tu buen color dure mucho más.
Se trata de un remedio tan simple como lavarnos la cara con agua y jabón, si así de sencillo, según explica a Diario de Sevilla, la farmaceútica Mónica Nieto, «el paso más importante en la rutina de belleza es la limpieza de la piel. Para su cuidado diario, es fundamental limpiar la piel eliminando la suciedad que genera la propia piel y la acumulada por la contaminación ambiental«.
Y es que tal y como explica la experta, «es fundamental preparar la piel antes de la exposición a los primeros rayos de sol para tener un bronceado bonito, uniforme y saludable. Para ello, es necesario que tu piel esté bien cuidada, limpia e hidratada».
A esto hay que añadirle el uso de un buen producto solar, que contenga activos cosméticos antioxidantes, calmantes, refrescantes, emolientes e hidratantes. Y por supuesto tras la exposición al sol debemos retirar el resto de producto con una buena limpieza.
Para ello Nieto recomienda utilizar jabones naturales que estén libres de detergentes industriales, que son los verdaderamente agresivos con la macrioboata y que suelen emplearse en toallitas desmaquilladoras y aguas micelares, explica.
Además de que, «La limpieza de la piel con pastilla de jabón utilizando nuestras propias manos respeta la barrera protectora de la piel y previene su deshidratación. En cambio, el uso de toallitas desmaquilladoras y otras soluciones limpiadoras arrastra la piel, erosionándola y desequilibrándola, provocando una piel más irritada, sensible y reactiva”.
Al lavarnos debemos frotar nuestro rostro con agua y jabón con las manos evitando el uso de esponjas, aclarar con agua fresquita para estimular la circulación y secar sin arrastrar.
Otra clave está en la alimentación, los alimentos de color verde oscuro cómo espinacas, acelgas y brócoli, además de la zanahoria y la calabaza prolongan el bronceado y potencian el colorcito dorado de la piel gracias a su contenido en betacaroteno, que además es antioxidante.
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