Bertín Osborne confiesa el bonito romance que vivió con Ana Obregón en «Mi Casa es la Tuya»

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Bertín Osborne estrenaba la nueva temporada de «Mi Casa es la Tuya» con una invitada muy especial: Ana Obregón. La amistad que les une, pública y notoria, viene de lejos. Pero lo que nadie sabía es que los televisivos habrían mantenido una relación sentimental en el pasado.

La noticia, que desvelaban en absoluta primicia, ha trascendido sorprendiendo a la audiencia, pues nunca se habría filtrado este hecho.

Ya en el inicio del programa, Ana Obregón dejaba claro que la relación que les une es extraordinariamente especial. «El dolor compartido es necesario y contigo que te conozco tanto y te quiero un montón. Abrirme contigo, encantada», expresaba la presentadora.

En un momento dado, Luis Rollán, amigo intimísimo de la Obregón, se unía a la pareja en la cocina. La complicidad entre los tres era obvia y dejaba pasado a un comentario con el que Bertín desvelaba su antigua relación: «Ella y yo hemos salido juntos», presumía el cantante.

«Sí, hace muchos años. Hace muchos años son 30 años», explicaba a un Rollán completamente sorprendido que indagaba: «… pero, ¿fuisteis novietes de dos meses?».

Bertín Osborne se pone nostálgico

La curiosidad de Rollán destapó algunos dulces momentos que Bertín no dudó en compartir. «Pasamos cosas tan divertidas. Fuimos novietes y yo le estrellé un coche suyo que me lo prestó. Llegué a su casa y le dije: Anita, te he estrellado el coche contra un taxi… y ella muerta de risa», explicaba entre fogones.

Pero esa relación no duraría mucho en el tiempo. «A los dos meses nos fuimos a cenar y le digo: … mira Anita. Esto no funciona… Yo soy una catástrofe y tu también. Vamos a ser amigos… Y seguimos siendo amigos», aclaraba con cierto brillo en los ojos.

Y dicho y hecho… 40 años después, la amistad entre Obregón y Osborne es más fuerte que nunca. «Después de eso seguimos siendo súper amigos», continuaba la presentadora.

«Yo tuve un momento que no he contado: un cáncer de útero… Y el que estuvo ahí al pie del cañón fue este señor, para que lo sepas», compartía una simpática y orgullosa Obregón.