Comenzaremos con todo un clásico, el tónico, que aunque no es obligatorio sí es beneficioso en nuestra rutina de belleza diaria. Sirve para preparar la piel para que los tratamientos que nos apliquemos después funcionen bien. Puedes aplicártelo utilizando un disco de algodón de manera ascendente o directamente con las manos, eso si limpias ya que si no podemos contaminar el producto.
Sigamos con la crema hidratante. En declaraciones a la Revista Telva, Marta Barrero, farmacéutica, experta en dermocosmética y codirectora de The Secret Lab, explica que “se tiene que aplicar realizando diferentes movimientos ascendentes para que el tejido cutáneo recupere la posición que tenía en su origen.” El protector solar debemos aplicarlo al menos 30 minutos antes de la exposición, que es aproximadamente el tiempo que tardan los filtros químicos en actuar.
En el caso del sérum lo importante es que no queden restos de producto sin absorber en el rostro, masajear suavemente y dar toquecitos en aquellas zonas con más necesidad para estimular. Por ejemplo, donde notamos más arruguitas.
El contorno de ojos es zona muy sensible y por eso debemos coger la cantidad justa y extenderla con suaves toquecitos con las yemas de los dedos. Y si te aplicas base de maquillaje líquida, aunque hay muchas formas de aplicarlas, las más sencillas son con un pincel plano o con una esponjita húmeda si quieres un acabado más natural y jugoso. Empieza con poca cantidad y ve añadiendo poco a poco.
MÁS SOBRE: