Al ser su familia de Sevilla, se encuentra el sentido de que Orozco interprete un tema que se asemeje a una bulería. «Eran muy flamencos», ha afirmado el coach, dejando constancia de que él lo intenta ser cada día más.
Para el cantante de Giran y Van, la figura de los abuelos es clave en la vida de una persona. Para él, son sinónimo de sabiduría, aquellos que dan todo lo que tienen sin esperar recibir nada a cambio. «Los abuelos vuelan, y nos enseñan a volar. «, reflexiona. Esta palabras provocaron que todas las personas rompieran a llorar de emoción al recordar esta imborrable figura familiar.
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La vida del artista barcelonés no ha sido nada fácil. En su visita a La Roca, el artista contó que se arruinó en 2008. «En 2008 me arruiné y lo pasé bastante mal, como mucha gente de este país. Así que decidí irme a América, pero allí también estaba mal. Un amigo me regaló una tarjeta de crédito de su empresa en la que aparecía su nombre, pero me dejaba utilizarla», comentó.
Sin embargo, ha aclarado que nunca llegó a sacar dinero con ella, tan solo le ayudó a disponer de comida en los peores momentos. Le tiene un gran valor sentimental, por ello, afirma que «me cambió la vida. Al poco tiempo las cosas empezaron a irme bien, empecé a trabajar y empezó todo a fluir. Así que decidí poner esa tarjeta en un marco, que está justo en la entrada de mi apartamento».
A pesar de las adversidades, Orozco se muestra agradecido con el público porque gracias a ellos puede seguir viviendo el presente y dedicarse a lo que ama, haciéndolo con la intensidad y la emoción que caracterizan sus letras.
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