Si sientes constantemente hambre y ese hambre es mayor aún cuando comienzas una dieta de adelgazamiento, es posible que sea porque tu cuerpo percibe menos suministro calórico y reacciona segregando mayor cantidad de la hormona del hambre para obligarte a darle las calorías habituales.
Y es que hacer dieta implica hacer una serie de cambios en cuanto a hábitos de alimentación y ejercio físico y sin embargo los resultados tardan en notarse, eso hace que aparezca la temida ansiedad por la comida.
Debemos mentalizarnos de que no se trata estar a dieta permanentemente, sino de incorporar hábitos sanos a nuestra alimentación, incorporando verdura, fruta, pollo y pescado a nuestra dieta además de eliminar los hidratos de carbono de absorción rápida como los azúcares refinados y los cereales, y por supuesto hacer ejercicio físico, que también nos va a ayudar a controlar la ansiedad. Si hacemos dieta un tiempo y luego la dejamos lo normal es que recuperemos los kilos perdidos.
Además hay algunas pautas que pueden ayudarte a controlar esa ansiedad:
Y es que médicos y expertos en alimentación coinciden en que para adelgazar de manera sana hay que hacerlo combinando una alimentación sana y equilibrada, con la práctica de ejercicio.
Andar es uno de los mejores ejercicios para adelgazar, aunque eso si, debemos hacerlo de manera regular, a buen ritmo y cumpliendo una serie de objetivos. Salir de vez en cuando a dar un paseito nos vendrá muy bien para despejarnos pero no para adelgazar, para ello debes caminar al menos 15.000 pasos u once kilómetros diarios.
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