Tras mucho tiempo valorando una solución para su complejo, Ferrer se decidía a apostar por la rinoplastia, un procedimiento de cirugía estética que está muy valorado y extendido entre las jóvenes de su generación.
El propósito era claro: enderezar el tabique nasal y afinar la punta de la nariz. Los cirujanos, tras un minucioso estudio preliminar con la joven, organizaban todo el proceso para conseguir el mejor resultado posible.
Desde sus redes, Anna no ha tenido tapujos a la hora de reconocer sus miedos a una operación que implicaba anestesia general. Gracias a la profesionalidad del equipo que la ha intervenido, todo ha salido perfecto.
Tras unos días de descanso y recuperación tras su paso por quirófano, Anna ha querido compartir el resultado con sus seguidores en redes sociales. La influencer mostraba el momento exacto en el que se le retiraban los vendajes y la férula que protegían la herida.
En una rinoplastia se resuelven principalmente asuntos estético, como la «giba ósea», el hueso de la nariz que sobresale como una joroba. También se corrigen desviaciones y malformaciones congénitas, como el paladar hendido y otros factores resultantes de traumatismos o enfermedades.
«Estoy tan feliz con el resultado… Creo que la nariz ha quedado preciosa, muy acorde a mi cara ¡Qué fuerte! Me sorprende lo «yo» que me veo, nada cambiada», comentaba tras superar el miedo inicial de verse en el espejo.
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