Según relató la colaboradora en el programa de Telecinco su convivencia llegó a un punto en el que ambos estaban sentados uno al lado del otro enganchados al móvil y manteniendo conversaciones con otras personas del exterior:
“El teléfono separa mucho…He tenido nuevas amistades, él también viene con nuevos proyectos y también con nuevas amistades. Estábamos yo en la derecha y él en la izquierda, que tuve que darle un toque de atención. Le dije que qué pasaba. Que vaya, no pasaba nada. Puede que empecé a detectar señales de aburrimiento”
Es quizá la gota que colmó el vaso y que provocó que la pareja se replanteara su situación emocional. Pero no fue el único detalle que Anabel Pantoja comentó, entre lágrimas, los motivos que les habían separado.
La familia del clan Pantoja ha sido determinante en el final de su historia de amor. A la muerte de su abuela a las semanas de la boda se unió el enfrentamiento con su primo Kiko Rivera. Pero además, hizo alusión a un asunto determinante que no terminó por aclarar: «fue una montaña rusa y me pasaron cosas que nadie sabe, que Belén las sabe, y no tiene que ver con la muerte de mi abuela, ni con Omar, ni con mi primo Kiko…Me pasa algo personal, independiente de lo de mi abuela. Y me marca. Me pasa algo, lo vivo yo sola. No puedo hablarlo. Me pasa eso, y seguimos para adelante y me noto rara”.
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