Aunque la altura en la especie humana tiene un claro componente hereditario, se estima que hasta un 80% de las diferencias en altura que presentan las personas se deben al ADN que heredan, la revista The Lancet, acaba de publicar un estudio que determina que no solo se trata de una cuestión de genética sino que la alimentación tiene mucho que ver e en el crecimiento de los niños en edad escolar.
Parecen ser tres lo factores que influyen en el crecimiento de los niños: factores genéticos, nutricionales y ambientales, entre todos ellos, el que tal y como explican desde el Diario de Sevilla, «la alimentación juega un papel clave con el aporte de alimentos en cantidad y de calidad ….»
En el estudio se revisaron datos de más de 65 millones de niños y adolescentes de entre 5 y 19 años, recogidos en más de 2.000 trabajos realizados entre 1985 y 2019. Según estos datos en 2019, los niños y jóvenes del centro y noroeste de Europa (Países Bajos y Montenegro) eran los más altos del mundo, al igual que las chicas con 170,4 cm de media. Mientras que los que vivían en el sur y sureste asiático, América latina y África Oriental era en promedio más bajos, en el caso de las chicas las más bajas eran las de Guatemala, con una media de 150,9.
El estudio reveló que la altura y el peso de los niños en edad escolar, que son indicadores de su salud y la calidad de su dieta, varían enormemente en todo el mundo. Además de que una mala nutrición en los años escolares puede haber creado una brecha de altura de 20 centímetros entre los distintos países.
Según el equipo de investigadores tanto el aumento de altura como el de peso están estrechamente relacionados con la calidad de la dieta de un niño y advierten tal y cómo recoge el Diario As de que, » la nutrición infantil altamente variable, especialmente la falta de alimentos de calidad, puede provocar un retraso en el crecimiento y un aumento de la obesidad infantil, lo que afecta la salud y el bienestar de un niño durante toda su vida.»
La doctora Andrea Rodríguez Martínez, coautora del estudio aboga por, «motivar políticas que aumenten la disponibilidad y reduzcan el costo de los alimentos nutritivos, ya que esto ayudará a los niños a crecer más sin ganar un peso excesivo para su altura. Estas iniciativas incluyen vales de comida para alimentos nutritivos para familias de bajos ingresos, y programas de comidas escolares saludables gratuitas que están particularmente amenazadas durante la pandemia. Estas medidas permitirían a los niños crecer más alto sin aumentar excesivamente de peso, con beneficios de por vida para su salud y bienestar».
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