Y es que tal y cómo explican los profesores Pedro Gullón Tosio y Manuel Franco en un artículo en El País, «La esperanza de vida es un indicador de salud promedio de la población de referencia. Pero hay personas que viven muchos menos años y personas que viven bastantes más»
Las enfermedades del sistema circulatorio (un 24,3%) y las enfermedades tumorales (un 22,8%), fueron en 2020 las principales caausas de muerte en nuestro país según el Instituto Nacional de Estadística.
Esto nos enseya en lo que a prevención se refiere, que no son las mismas acciones en lo que a prevención se refiere, «para aumentar los años de vida que se pierden de forma prematura, cómo en el caso de los accidentes de tráfico, que las acciones para prevenir las principales causas de muerte (enfermedades del sistema circulatorio y tumorales, como hemos visto antes).»
Pero cómo vivimos también es importante, es decir todo lo que se refiere a la calidad de vida. Algo que también se puede cuantificar es la esperanza de vida saludable, esto es «el promedio de número de años esperados que vive una persona disfrutando de buena salud, es decir, en ausencia de limitaciones funcionales o de discapacidad». Este índice se situába en España en 2019 en los 69,4 años en los hombres y 70,4 años en las mujeres.
También existe un indicador que mide la calidad de vida cuando nos jubilamos que en 2019 fue algo mayor en hombres (12,4) que en mujeres (12,3)
El Institute of Health Metrics and Evaluation coordina el proyectoCarga Global de Enfermedad(o Global Burden of Disease en inglés), elaborado para poder saber cuáles son las causas que nos hacen perder más años de vida saludable.
En España, las principales causas de pérdida de años de vida saludable son el tabaquismo, la diabetes, la obesidad y la hipertensión. Y es que según las estadísticas de esperanza de vida saludable, deberíamos evitar fumar, comer mejor, además de hacer ejercicio y controlar la hiperensión. Algo que cualquier médico nos recomendaría.
Hay estudios epidemiológicos que vinculan una posición socioeconómica desfavorecida con mayor riesgo de mala salud y una muerte prematura.Algo que se debe a que estas personas están expuestas a condiciones de vida que hacen que sea más probable que tengan mala salud (el barrio, el trabajo, la clase social, nuestro género y entorno familiar determinan cómo nos comportamos).
Por eso en lo que se refiere a las recomendaciones de cómo vivir con mejor salud se deben tener en cuenta los fenómenos sociales que influyen sobre nuestra salud.
Y es que tal y cómo concluyen los profesores en el artículo, «de eso trata precisamente la salud pública: de esfuerzos colectivos que mejoren nuestra salud y bienestar globales, que eviten muertes prematuras y aumenten la esperanza de vida en buena salud de la población.»
MÁS SOBRE: