El actor, además de su pareja, estos últimos meses ha sido también su compañero de trabajo. Esto explicaría que su nombre haya ganado terreno en las conversaciones de Aitana con la prensa y que esta se haya mostrado más dispuesta a hablar de su relación. Así ha ocurrido en su visita a Pinky Promise, el programa de la mexicana Karla Diaz.
En este espacio la artista no solo se ha atrevido a contestar preguntas tan privadas como el lugar más extraño en el que ha tenido relaciones sexuales, sino que además se ha sincerado sobre los aspectos más complicados del inicio de su noviazgo con Miguel Bernardeau.
«Esto no lo sabe nadie, lo voy a contar. Recuerdo estar en una discoteca, tercera cita con mi novio que en ese momento estaba conociendo. Recuerdo querer darle un beso porque me apetecía darle un beso porque me encanta, y literalmente acercarme a él a dárselo y mis amigos poniéndose en barra delante para que nadie pudiera ver nada», manifestaba Aitana.
Y es que ya por entonces todas las miradas estaban instaladas en la artista, que prácticamente acababa de salir de la Academia de OT, y en Miguel, que se había convertido en una estrella internacional gracias al éxito en Netflix de Élite. En sus respectivos mundos (música e interpretación) eran dos de los rostros jóvenes del momento, y por ello se les trataba de proteger de cualquier escándalo.
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