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Adelgaza con estos ligeros cambios en tu día a día

Es posible perder peso cambiando solo algunos hábitos diarios

Ana Más

Si estás harta de hacer dietas imposibles con las que no consigues perder ni un gramo esto te va a interesar y mucho. Es posible adelgazar cambiando solo algunos hábitos en tu día a día. Pequeños gestos que si los incorporamos a nuestra vida cotidiana nos permitirán perder esos kilos que nos sobran o evitar el sobrepeso y las patologías asociadas al mismo.

El primero de estos cambios tiene su base en reducir el espacio entre la horas de la cena y la del desayuno. Bastará con cenar pronto y desayunar un poco más tarde. Si consigues que pasen doce horas entre una y otra comida lo notarás en el peso.

Todos cometemos algunos excesos en nuestra alimentación. Llevar un control de ellos te ayudará a controlar tu peso, ya que al ser conscientes trataremos de evitarlos. Por eso, procura anotar en una libreta en qué te has pasado y cómo te sentías dos horas antes de hacerlo. Si has comido más pan, bollos o galletas y si estabas triste, estresada o cansada.

Adelgaza con unos ligeros cambios en tu día a día

Verduras adelgazar

El tercer cambio tiene que ver con incorporar más vegetales en tu dieta diaria. Hay investigaciones que demuestran que quienes consumen más verduras tienen más probabilidades de reducir su peso.

Procura añadir algo crudo en cada comida, ya que cuando cocinamos los alimentos el organismo no necesita esforzarse para digerirlo. Sin embargo, al comer alimentos crudos (vegetales sobre todo) aportan menos calorías a nuestro cuerpo porque el cuerpo gasta más energía para metabolizarlas. Y por supuesto combinar dieta y ejercicio es esencial, además de no ponernos objetivos demasiado elevados, solo conseguiremos aburrirnos y dejar de comer sano.

Y no pretendas incorporar cambios de un día para otro, el truco está en ir repitiendo actitudes hasta convertirlas en hábitos diarios. Y es que tal y como apuntan desde la revista Saber Vivir, «en la inmensa mayoría de los casos, la obesidad no se hereda sino que es el resultado de repetir costumbres que los expertos califican como obesogénicas, es decir, capaces de favorecer la obesidad.«

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