Por regla general suelen ser quemaduras sin importancia, pero debemos tratar de disminuir el dolor y el enrojecimiento y que no nos deje señal, además de saber cuándo es necesario que nos vea un médico.
Para ello, lo primero es identificar el tipo de lesión y conocer su gravedad. Si se trata de una quemadura grave, de tercer grado tiene que ser atendida de inmediato por un profesional médico, mientras que las de primer y segundo grado pueden atenderse en casa.
Lo primero es no ponernos nerviosos y actuar con la mayor serenidad posible. Una vez que estemos seguros de que es leve, debemos refrescar la zona afectada con abundante agua fría durante 5 minutos continuos. Así calmaremos el dolor y ardor además de reducir la inflamación. Nunca apliques hielo, solo agua.
Después limpia la zona, con agua y jabón preferiblemente neutro, hazlo con suavidad pero eliminando cualquier residuo que haya podido quedar en la piel. Luego hidrata la quemadura con una crema especial para quemaduras, si no tienes una a mano pero si tienes una planta de aloe vera en casa, corta una hoja y aplica su pulpa sobre la quemadura, también puedes aplicar vaselina en la quemadura. Es importante aplicar la crema, aloe o vaselina tres veces al día durante tres días, eso si, lavándola con agua y jabón antes.
Lo mejor es dejar la lesión sin tapar para favorecer la cicatrización, aunque si prevés que puedes rozarte haciendo cosas, mejor taparla.
Siempre debes acudir al médico si te has quemado el rostro o los genitales, si la lesión es más grande que la palma de la mano, si tienes mucho dolor o enrojecimiento, si hay fiebre ola persona está en estado de shock y por supuesto si no tienes claro el grado de la quemadura.
MÁS SOBRE: