De hecho, el pasado diciembre, justo un año después de haber comenzado a vacunar a los ciudadanos y con la mayor parte de la población vacunada en nuestro país, la llegada de Ómicron ocasionó una nueva gran ola con un elevado número de contagios.
Esta convivió en espacio y tiempo con la administración de la dosis de refuerzo, con la que se buscaba refrescar la memoria de los anticuerpos en el organismo y así reforzar la inmunidad y evitar el contagio. A estas alturas se han administrado un total de 92 millones de dosis y protegido de la enfermedad al 91% de la población española mayor de 12 años.
La tercera dosis (segunda en el caso de aquellos que solo recibieron una, bien porque habían pasado la Covid o porque habían sido vacunados con Janssen) se ha administrado con dosis de Pfizer y de Moderna. Es por eso por lo que interesa conocer los efectos secundarios que podemos experimentar.
En un estudio llevado a cabo por el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos la mayor parte de los 12.591 encuestados aseguraban haber sufrido dolor en la zona de la inyección (71%), y otros añaden cansancio (56%), dolor de cabeza (43%) y dolor muscular (43%). Unos datos que recogió La Vanguardia.
Son varios los expertos que en base a los datos obtenidos de diversos estudios, apuntan que aquellos que reciben la vacuna de Moderna pueden experimentar mayor número de síntomas que los que reciben la inoculación de Pfizer.
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