Nadie tiene la llave para la felicidad eterna y, sin embargo, reconocemos los ratitos en los que somos inmensamente felices. Aunque muchos de ellos son en compañía, debes saber que la clave para disfrutar de una vida plena no reside en el número de amigos que tienes o en si estás enamorado, depende más bien de tu actitud para afrontar cada situación.
Parece de Perogrullo, pero la manera en la que te tomas la vida se ve reflejada en lo que recibes de ella. Esto no quiere decir que solo con pensar en positivo atraerás cosas positivas, lamentablemente la vida no funciona así. Tiene que ver más con tu actitud.
Si estás aquí, ya es un gran paso. Quieres dar un cambio a tu vida para mejor y conocemos 9 hábitos clave que te pueden ayudar a hacerlo. Ponlos en práctica y ya verás que, cuantos más de ellos cumplas, mejor te sentirás contigo mismo. Porque la clave de la felicidad, ante todo, hay que buscarla de manera individual.
¿Sabías que…
Tal Ben-Shahar detalla las 10 claves de la felicidad
Creer en ella
Ser sociable
Desconexión digital
Condescendencia
Descanso
Ser agradecido
Estudiar la felicidad
Invertir en ella
El sueño no solo afecta a nuestra actitud, sino también puede traer graves consecuencias de salud. Por lo general, no deberíamos perdonar las 8 horas de sueño al día para cuidar nuestra salud mental y poder mantenernos enérgicos durante el día.
Calcula a la hora que debes despertarte cada día para así saber cuándo deberías estar en la cama. Si eres una persona muy nocturna a la que le cuesta pillar el sueño, ve reduciendo la hora a la que te vas a la cama poco a poco hasta que consigas acostumbrarte.
No, no te estamos tomando el pelo. ¿Odias madrugar? ¿Se te pegan las sábanas? El problema puede que esté en que no estés durmiendo lo suficiente. Si cumples la regla anterior, con 8 horas de sueño no te será complicado levantarte de la cama.
Al madrugar aprovecharás mucho más el día, evitarás las prisas, los atascos y te tomarás las cosas con la calma de alguien que llega a tiempo a todo.
Para los buenos madrugadores, otro consejo. Evita las alarmas y, sobre todo, posponerlas una y otra vez. Eso no hace más que romper bruscamente los ciclos del sueño. Intenta despertarte con la luz natural, trae mucha más paz mental que el sonido del despertador.
Una recomendación que nunca falla. Bebe agua, mucha agua. Si te cuesta, intenta obligarte aumentando poco a poco cada día. Lo recomendable en mujeres es beber unos dos litros al día (teniendo en cuenta que es una recomendación general que depende de las calorías que consuma cada persona).
Estos dos litros equivaldrían a unos 8 vasos de agua, siendo claves tomar uno de ellos al despertar y, si se busca comer en menores cantidades, otro antes de cada comida.
Tómate un tiempo para ti cada día. Conecta con tu yo interior y ordena tus pensamientos con algo de meditación. Ten en cuenta que meditar es relajarse y dejar la mente en blanco, no debe ser un momento para pensar en lo que te espera por delante a largo del día o para hacer un balance de cómo ha ido el mismo.
Ponte ropa cómoda, música relajante o sonidos de naturaleza y practica las respiraciones abdominal, torácica y diafragmática.
«Somos lo que comemos» y nunca antes tuvo tanto sentido esta expresión. La comida es la gasolina del cuerpo. Ya sabes lo que pasa con un coche cuando lo alimentas con un combustible que no es adecuado para este: el motor termina jubilándose antes de tiempo.
Para tener energía y sentirse bien hay que comer saludable, tener una dieta variada en la que, por supuesto, no tienes por qué desterrar tu comida favorita o aquellas opciones que son menos saludables. Lo único que tienes que hacer es reducir su consumo y tener conocimiento siempre de lo que estás comiendo.
No, no hace falta que te hagas un maratón al año ni que pases horas y horas en el gimnasio, pero es recomendable que nos movamos cada día. Si puedes ir a los sitios andando, evita coger el coche o el transporte público. Sube por las escaleras en lugar de en ascensor. Son pequeños detalles que ayudan a mantenernos activos y, sobre todo, a la circulación de nuestro cuerpo.
No pasamos el día entero frente a una pantalla, ¿lo has pensado? Cuando no es el móvil, es el ordenador y, cuando llega la noche, nos gusta ver una película en la televisión. Intenta reducir el número de horas que estás frente a estos aparatos que pueden terminar pasando factura a tu vista o provocándote fuertes dolores de cabeza.
En ese tiempo que ganas al desconectar de las pantallas, aprovecha y dedica tiempo a leer y nutrirte de cultura literaria. Engánchate a la lectura, es una de las maneras más saludables de desconectar y dejarse llevar por otras historias. Además, te abre las puertas de un mundo del que ya no querrás volver a salir.
Como sigas huyendo del sol de esa manera, te vas a convertir en un vampiro. Necesitamos cargarnos de la vitamina D que da el sol. Eso sí, protegiéndonos bien de los rayos ultravioletas con crema solar, sin importar la estación del año.
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