A veces cuesta identificar a las personas tóxicas y, cuando las detectamos, ya ocupan una importante parte de nuestra vida y tendemos a justificarlas aludiendo a un ‘carácter especial’ o un ‘fuerte temperamento’. Pero, ¿alguna vez te has parado a pensar que puedes ser tú la persona tóxica en la vida de alguien?
Hacer un ejercicio de autoevaluación es necesario para conocernos más en profundidad, saber identificar nuestros límites y aprender a gestionar nuestras emociones. Por eso, si alguna vez has creído actuar de forma tóxica con otra persona, lo más sano para ti y para el resto del mundo es que te analices, identifiques el origen del problema y lo soluciones.
A continuación destacamos 7 señales claras en forma de actitudes con la vida y los demás que son frecuentes en personas con comportamientos tóxicos.
Las personas tóxicas tienden a mostrarse bastante críticos con los demás, y por ello no aprueban ni celebran ninguno de sus logros. Más bien tienden a hablar mal de ellos y a ponerle pegas a las actitudes del resto de personas.
Todos alguna vez hemos ‘chismorreado’ entre amigos. No obstante, que este sea el pan de cada día y mostrarse demasiado crítico con los demás hará que nuestro entorno nos termine percibiendo como una persona poco fiable y es probable que se terminen alejando.
Ser muy dependiente de los demás puede ser un signo propio de personas tóxicas, pero también puede no serlo. Es preocupante cuando sobrepasa ciertos límites. Por ejemplo, una persona tóxica demanda tiempo y dedicación a los que le rodean (amigos, familia, compañeros) y suele sentir celos y rabia cuando estos hacen otros planes que les mantiene al margen. Por lo general son personas a las que les cuesta estar solos.
Una persona tóxica suele utilizar las mentiras para enmascarar actitudes que saben que no están bien o que a otras personas pueden molestar. Y terminar construyendo una relación (de amistad o de pareja) sobre mentiras es un completo error. Les cuesta sentir empatía, algo en lo que sin duda deben trabajar para terminar descubriendo que una dura verdad a tiempo duele menos que una mentira.
La actitud que tienen con la vida y con los demás es de pesimismo, algo que les impide completamente disfrutar de los momentos felices. Una reunión de amigos puede verse arruinada por el comportamiento tóxico de alguno de ellos, así como una cita en pareja.
Los demás no pueden luchar contra la desgana y el agotamiento que invade a estas personas. De hecho, es probable que terminen siendo intoxicadas de ese pesimismo y les arruine cualquier velada.
Se sienten bien en las situaciones en las que son protagonistas de una situación dramática, pues por lo general suelen ser personas que se victimizan y que utilizan esta actitud para despertar sentimientos en los demás como son la pena o la compasión, así como la atención. Porque las personas tóxicas muchas veces son también egocéntricas.
A veces tienen ratos en los que se muestran eufóricos y maravillados con todo, para de un momento a otro deprimirse o molestarse casi sin motivos. Suelen ser personas inestables emocionalmente, por lo que nunca sabes por dónde pueden salir.
Las personas tóxicas saben jugar muy bien con las emociones de los demás, de ahí que utilicen el chantaje como un arma para conseguir lo que quieren. Algo frecuente es que pidan algo y recuerden a la otra persona algo que hicieron por ella hace un tiempo, de manera que estas se sienten mal al respecto y terminan aceptando su solicitud.
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